Capítulo 31.- Chocolates

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_________ miraba el lago en el cual comenzaba a reflejarse el atardecer por el horizonte, llevaba esperando a Fred alrededor de una hora y se sentía bastante inquieta, sobre todo porque comenzaba a oscurecer y debería regresar al castillo sola si él no se presentaba. Mirando el reloj cada cinco minutos se preguntó si realmente estaba bien haberlo dejado ir con aquella chica y esperarlo ahí... No era que fueran una pareja realmente, pero sentía cierto miedo de perderlo aún siendo una mentira. Fred podía salir con quien quisiera en cualquier momento, después de todo ellos no tenían una relación real. Sintiendo una punzada en el pecho se levantó observando como comenzaba a oscurecerse el camino de vuelta al castillo y se estremeció, nunca le había gustado la oscuridad en los exteriores y mucho menos recordando aquel incidente en su infancia:

"Mamá, ¿nos quedaremos aquí toda la noche?  Una pequeña ________ de al menos cinco años veía a su madre, ambas iluminadas por la fogata. La menor se veía exhausta y miraba a los alrededores con cierto desprecio, lo único que podía ver a su alrededor eran árboles y un gran vacío creado por la oscura noche

No, mi pequeña, regresaremos a casa. Sólo debemos esperar a tu padre que ha perdido el transportador.  La mujer más grande y madura acariciaba el cabello de su hija con cuidado, dándole una especie de protección. La niña asintió observando como el fuego comenzaba a extinguirse y un extraño frío calaba sus huesos, su mirada se quedó quieta en uno de los puntos oscuros que llenaba el bosque, estaba segura de que había alguien ahí¿Te gustó venir al bosque?  La menor asintió suavemente cubriéndose en el cuerpo de su madre para no sentir frío.

Mamá... ¿Tú varita se la llevó mi padre?  Preguntó en un quedo susurro mirando a la mayor, quien asintió.

¿Por qué? ¿Quieres jugar con ella?  La menor sacudió la cabeza enérgicamente y señaló hacia aquel vacío, donde se proyectaba una sombra más densa y cercana cada segundo, la débil llama de la fogata titilaba escandalosamente, el frío era cada vez más fuerte aferrándose a la piel. En el momento que la mayor giró la cabeza; esa sombra se abalanzó sobre ellas, se desprendieron de todo agarre y la niña corrió en dirección al bosque sin pensarlo un segundo, en la completa oscuridad del bosque...

Corriendo a todo lo que sus piernas daban, tambaleándose y tropezando de repente con alguna que otra rama en el suelo, chocó contra una de aquellas figuras: era un dementor."

Aquel día no pudo sentir mayor miedo al estar lejos de sus padres y tener aquella figura espectral de frente siendo sólo una niña. Lo único que recordaba, era a su padre llegando a tiempo y alejando aquella figura espantosa. Sabía perfectamente que ningún dementor podía aparecerse frente a ella en Hogwarts, pero aún así no podía desprender aquel recuerdo de su cabeza, incluyendo el miedo que sentía por la oscuridad desde entonces.

Caminando a paso rápido, el sol comenzaba a ocultarse con una velocidad que no le gustaba para nada a la chica, se sentía desprotegida aún con varita en mano, frotando... casi corriendo pudo divisar la entrada al castillo y sintiendo un cierto alivio aceleró el paso tropezando con alguien que había salido de pronto de aquella entrada.

—Perdón, venía corriendo. — Se disculpó agitada y miró a la cara a aquella persona, era Cedric y no pudo sentir mayor alivio que verlo ahí.

—¡_________! Estás muy agitada. ¿Qué te ocurre? — Preguntó al ver la respiración de la chica.

—Nada... sólo que vine corriendo. — Respondió con las mejillas ligeramente rosas por el cansancio y la excitación del miedo que sentía. —¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu celebración? — El chico le sonrió de aquella manera tan natural -no intencionada-, que tenía para derretir a cualquier chica, logrando tranquilizar la respiración de la Slytherin.

Sentimientos paralelos (Draco Malfoy, Fred Weasley y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora