¡No Soy Tu!

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Espero que les guste~

Nota: Lo siento si por ahí no tiene mucho sentido algunas partes pero esto, como muchos capítulos, empezó con frases al azar xD

En cuanto la forma de mono de MK se presentó, Wukong se sintió insignificante por primera vez en su larga e inmortal vida, una sensación que solo creció en cuanto lo vio luchar. Había mucho poder en un cuerpo tan pequeño, puro y abrumador, acompañado de un salvajismo aterrador que prendió múltiples banderas rojas en la cabeza del dios.

Ninguno lo decía en voz alta, ni siquiera hacían amague de mencionarlo, pero tampoco podían negar que había algo de miedo en todos ellos. Amaban a MK con todo el corazón, creían firmemente que él no podría hacer un real daño de manera consiente, pero había algo en esa trasformación que los llenaba de temor y desconfianza que era difícil de ignorar, especialmente cuando el cuerpo del chico fallaba de vez en cuando y amenazaba con convertirse en mono nuevamente en cualquier segundo.

Eso...pudo haber sido un impulso para crear un plan de contingencia a sus espaldas.

Se sentía como traicionarlo, una sensación que los llenaba de culpa con cada día que pasaba, pero estaban preocupados, porque MK había cambiado luego de transformarse la primera vez. Aun sonreía, se animaba y hasta se divertía pero cuando se molestaba, se ponía furioso, hasta el punto de gruñir. Usualmente reaccionaba antes de poder hacer algo de lo que podría arrepentirse, disculpándose por su arrebato con pena y tristeza. Había estado sucediendo muy seguido últimamente.

Fue cuestión de tiempo antes de que el mono se saliera de control.

Fue desesperante, porque MK era notablemente más fuerte en esa forma que todos los demás y no tenía problema en atacarlos sin ningún tipo de limite, luciendo tan salvaje como la primera vez que lo habían visto, mostrando los colmillos en una sonrisa burlesca  y los ojos dorado brillando con diversión pura.

Lograron mantenerlo quieto gracias a Nezha, quien se había presentado tan pronto pudo.

-Eso no durara mucho- el príncipe frunció el ceño, pudiendo ver la tensión de las cadenas, amenazando con romperse en cualquier momento ante los movimientos bruscos y los esfuerzo del menor.

-¡Tang!- Wukong miro al mencionado, quien se tenso, luciendo tembloroso y muy asustado.

-¿No hay otra manera?- lo miro, suplicante, negándose a usar aquello que no hace mucho tiempo le habían enseñado.

-¡Hazlo, ya!- esta vez fue Pigsy quien hablo, luciendo tan desesperado como todos se sentían. No querían hacerlo pero no había otra salida.

-Lo siento tanto, MK...- el corazón de Tang se estrujo, amenazando con romperse, sintiéndose como el peor ser del mundo por lo que estaba por hacer pero estaban desesperados y no tenían muchas opciones a estar alturas. -...pero es lo mejor que tenemos- susurro las palabras que se había obligado a memorizar de aquel pergamino que el dios le había dado a regañadientes y dejo que su poder funcionará.

El efecto fue instantáneo.

MK cayó de rodillas, la boca abierta para dejar escapar un grito de agonía que seguiría a todos allí en sus pesadillas por mucho tiempo, un lazo dorado rodeando su cabeza y formando una corona que la mayoría solo había visto dibujos.

Pigsy mantuvo la boca cerrada con fuerza, ignorando la punzada de dolor que eso envío a la unión de su mandíbula, sin querer estar allí realmente pero manteniéndose firme, sin apartar la vista a pesar de que eso rompía su corazón.

Tang estaba tenso, ignorando la voz en el fondo de su mente que le suplicaba que se detuviera, sin luchar contra las lágrimas de tristeza y arrepentimiento que salían de sus ojos. 

Mei mantuvo la expresión más seria que pudo, sollozando entre dientes, apretando tan fuerte la empuñadura de su espada que tenía mucha suerte de que fuera mágica. 

Sandy lloro abiertamente, abrazando a Mo contra su pecho, lleno de tristeza. 

Nezha se mantuvo estoico, escondido tras la mascara de soldado, negándose a mostrar abiertamente pero sintiendo todo su interior retorcerse. 

Macaque se mordió la lengua para no gruñir con enojo, furioso y molesto por lo que estaba sucediendo, especialmente porque había estado en contra de todo aquello. 

Wukong sintió un escalofrío que erizo su pelaje al ver el gran sello brillando en dorado que se dibujo bajo su alumno, tragándome en seco, luchando contra el instinto que le gritaba "¡Aléjate de eso!" y se quedo allí, tieso como una estatua.

El de anteojos lentamente dejo de hablar, dando por terminado el ritual, tragando en seco. Ninguno se movió, quedándose muy quietos en su lugar, observando al chico que empezaba a moverse lentamente.

-¿Este fue su mejor plan?-se tensaron ante la voz del menor. Su voz estaba acompañado de un eco notable que a ninguno le gusto. -Vaya, que triste- soltó una risa oscura que les dio una mala sensación a todos los presentes y ante la atenta mirada de todos, se levantó lentamente, su cola agitándose en señal de molestia. Los miro, una sonrisa grande y burlona dibujándose en su rostro. -La corona maldita, aquella que mantuvo a raya al gran sabio de la montaña. Su propia correa dorada~- tarareo y con un simple movimiento de brazos, las cadenas cedieron, rompiéndose con un fuerte sonido y desvaneciéndose, dejándolo libre. Todos se tensaron, preparándose para luchar, con el de anteojos tragando en seco antes de hacer el amague de empezar a rezar. -Ilusos...- tarareo con burla oscura y un ruido resonó, sobresaltándolos a todos. Vieron, con horror, como grietas se empezaban a formar en la corona dorada. -...que esto te haya funcionado a ti, no significa que será igual conmigo- la corona se rompió, los pedazos cayendo al suelo, la sonrisa del chico agrandándose notablemente y haciéndolos temblar con temor. -¡No soy como tu!- gruñó con los ojos brillando, haciendo un gesto para crear una oleada de poder que los empujó a todos a su alrededor. -¡Yo soy Monkie Kid!- y desapareció con un destello dorado, dejándolos devastados.

Ninguno tenía idea de que se suponía que debían hacer a partir de allí.

~Monkie Kid~ 6️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora