Serpiente #3

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Espero que les guste~

Nota: ¿Sabían que hay ciertas especies de serpientes que se comen a otras serpientes más pequeñas?

Nota-2: A veces, cuando los nervios me superan y no puedo soportar mucho el silencio a mi alrededor, divago de temas tontos y de lo que sea que viene a mi mente en ese momento

Nota-3: Recuerden, cree al personaje según los comentarios que me dejaron en la primera parte :3

Nota-4: ¿Qué sigue, mi gente?

-¡¿Cómo que no puedes quedarte conmigo?!- MK era una bola de energía nerviosa y ansiedad, algo que solo parecía empeorar con el pasar de los segundos pero ahora, después de escuchar lo que su amigo dijo, estaba al borde de arrancarse el cabello. -¡Macaque!- estaba desesperado y la verdad, se sentía horriblemente solo. Sus amigos no había hecho amague de ayudarlo, al parecer con las burlas y la diversión a flor de piel aun, y aunque Macaque había sido de gran ayuda, respondiendo todas sus locas preguntas sin muchas quejas y haciéndole compañía, saber que debía irse lo hacía sentir en pánico.

-Dijiste que querías haces esto de manera pacifista- y maldición, Macaque se sentía mal de tener que irse, especialmente al ver al menor al borde de las lágrimas. -Las serpientes son posesivas. Si me quedo aquí, especialmente si estas marcado, me verán como enemigo y que van a querer como bocadillo. Eso es lo contrario a lo que quieres que suceda, ¿no?- los labios del chico temblaron, los ojos brillando con lagrimas no derramadas. -No me iré muy lejos, chico...- se sentía mal irse pero si MK quería lograr que la serpiente hablara con él sin intención de pelear, debía estar solo. -...yo siempre estoy asechando las sombras- abrió los brazos en un gesto teatral, el castaño bufando con diversión cuando su sombra se movió, saludándolo con entusiasmo antes de volver a la normalidad.

-¿Me sacaras de allí si las cosas se salen de control?- lo miro con una ligera suplica, ya sabiendo la respuesta.

-Me ofende que preguntes- se cruzo de brazos y MK soltó una ligera risa, notablemente más aliviado, asintiendo y viendo a su amigo hundirse en las sombras, dejándolo solo en su departamento.

-Muy bien...- respiro profundo, saliendo al balcón de su departamento, apoyando las manos en la baranda. -...encuéntrame serpiente- salto, aterrizando de pie sin mucho dificultad y empezando a caminar, metiendo las manos en los bolsillos de su campera. Sigue con su día tan normalmente como puede, sintiéndose fuera de lugar y muy paranoico, mirando a su alrededor con ojos atentos. Su imaginación estaba muy activa, esperando que una serpiente muy grande atrasara la ciudad para alcanzarlo o que un grupo de serpiente de repente saliera de algún lugar para arrastrarlo lejos.

Así que grande fue su sorpresa cuando nada de eso sucedió.

En vez de ser atacado por una serpiente gigante o pequeñas serpientes a montón, sintió una mano agarrando su muñeca marcada, un chillido femenino saliendo de su boca cuando fue arrastrado a un callejón y siendo ligeramente empujado, cerrando los ojos por un segundo cuando su espalda choco contra la pared. Se mordió la lengua para ahogar un nuevo grito cuando sus ojos oscuros se encontraron con celestes, encogiéndose en su lugar cuando se dio cuenta de que el dueño de esos mismos ojos estaba justo frente suyo, invadiendo su espacio personal. Es alto, maldita sea su estatura, de piel pálido y ojos azules que llamaban mucho la atención, su cabello mayormente liso y completamente blanco, atado en esos momentos en una coleta alta, muy largo hasta el punto de que estaba seguro de que suelto podría llegar a tocar el suelo. Su rostro parecía la de un humano con la piel pálida pero más haya de sus mejillas, la piel lisa cambiaba, luciendo como escamas que se extendían más allá de sus mejillas e iba por su cuello hasta que se perdía bajo su ropa, aunque solo se notaba de cerca. Vestía de calle, camuflándose perfectamente entre la gente, incluso si estaba mayormente vestido de blanco y con destellos negros.

-...hola...- se encogió aun más, los bordes de su cuerpo brillando en dorado, como si estuviera a punto de encogerse y huir como todo un cobarde.

-No te veas tan tenso...- parecía divertido por sus nervios, sonriendo ligeramente con algo de burla, mostrando que tenía pequeños y visibles colmillos. -...no voy a morderte- tarareo, luciendo depredador y haciendo que MK se sintiera muy pequeño.

-L-Lo sé, la serpientes usualmente tragan a sus presas y dejan el ciclo siga su curso...- cuando esta nervioso, divaga de todo lo que cruce por su cerebro, así que no puede detenerse. -...pero, ¿sabias que las mantis religiosas se comen a su pareja a mordiscos?- eso parece tomarlo por sorpresa, puede ver como sus ojos se abren y se endereza, su postura relajándose de manera inconsciente y sin su permiso.

-¿En serio?- ladeo apenas la cabeza, luciendo repentinamente más un chico cualquiera, inocente de cierta manera, mirándolo fijamente y con atención, esperando al aparecer que continuara.

-Si...- se anima un poco, sintiéndose menos intimidado. -...después de la relación, la hembra se come al macho a mordiscos porque necesita los nutrientes- los ojos azules parpadean, luciendo confundido por un segundo, llegando a enarcar una ceja.

-Eso es morboso- tarareo, pensativo al parecer, y por unos segundos, ambos simplemente se miraron en silencio, casi como si uno estuviera esperando que el otro rompiera la extraña atmosfera que se había formado entre ellos o que apartara la vista pero después de unos segundos, el de cabello blanco bufo, empezando a reír entre dientes. MK solo pudo mirarlo, teniendo la sensación de que se estaban riendo de costumbre de soltar datos al azar pero no pudo encontrar algo en si para sentirse ofendido, no cuando el demonio sonaba tan divertido por su torpeza. -¿Le dices eso a todos o debo sentirme especial?- lo miro con algo más amable brillando en sus ojos

-¡M-Me puse nervioso, no me juzgues!- su voz se quebró para su absoluta vergüenza, sintiendo las mejillas al escucharlo reír ligeramente.

-Si no me dices, no se nota- bufo con sarcasmo notable y MK hizo un puchero ligero, cruzándose de brazos y acurrucándose, luciendo más pequeño de lo que ya era. Se habían burlado mucho de él en ese mismo día y se sentía ofendido, algo que el demonio frente suyo noto rapidamente. -Lo siento, lo siento- tosió, como si intentara deshacerse de la ganas de reír con mucho esfuerza, enderezando apenas su postura. No parecía un soldado, le faltaba ese aire que Nezha y los monos tenían, pero había algo elegante y muy bien practicado en su movimiento, extendiendo su mano con la palma hacia arriba y una sonrisa amable, aunque aun había diversión en sus ojos. -Soy Toma, espero no haberte ofendido- se escuchaba tan sincero que el chico se relajo, enderezándose un poco más.

-Soy MK...- duda un segundo pero termina por poner su mano marcada encima de la ajena, notando como la sonrisa en aquel rostro pálido solo parece agrandarse un poco más. -...y no te preocupes, se han burlado mucho de mi últimamente- es la verdad, algo que lo hace reír nuevamente pero esta vez, el castaño se une.

El encuentro resulto mucho mejor de lo que había esperado.

~Monkie Kid~ 6️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora