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─¿Qué estás haciendo aquí?

Jaemin es el primero en cruzarse de brazos, el rostro fruncido y la preocupación desbordante por sus poros. No puede creer lo que está viendo. A su lado, Changbin suspira ruidosamente.

─¿Pensabas venir solo? ─Jeno pregunta, copiando los mismos gestos y acciones de su pareja.

─Por supuesto que no ─responde rápido─, no vine solo. ¿Y Minjeong?

El escenario es como esas series dramáticas que le gusta ver a su hermana mayor. Changbin planeaba dejar a Jaemin en su adorado hogar, con la familia que siempre deseó tener y muy lejos del inminente peligro. Todos comprendían por partes iguales que no le podían pedir que arriesgara su vida en una situación como esa, y de todas maneras, Jaemin terminó por ser quién lo arrastre hasta allá.

Por supuesto, olvidó completamente lo testarudo que es y el sentido de protección que desarrolló con sus amigos, lo paternal que ha sido desde siempre. Ahora, solo puede observar en tercera persona como ambos chicos piensan bien sus palabras, antes de saltar a la cabeza del otro.

─Está con mi papá ─Jeno suspira y se acerca a ellos un poco más─. De verdad, ¿pensaron que no nos íbamos a enterar de esto?

─No realmente, Renjun nos dejó muy en claro que les diría ─Changbin responde con otro de sus tantos suspiros. La presencia detrás de Lee Jeno lo pone más nervioso de lo que debería─. Queríamos ventaja.

Jeno hace una mueca.

─¿Ventaja de qué? ─de acuerdo, está enfadado y es evidente para los tres restantes, pero Changbin no puede prestarle atención─. Esto es demasiado peligroso, el que Mark ya se encuentre allí adentro es un problema enorme.

─¿Qué está haciendo Felix aquí?

El cambio de tema desbarata a quién recién se encontraba enumerando las mil razones por las cuales debieron pensar antes de actuar. Jaemin deja caer su penetrante mirada sobre el chico que permaneció en completo silencio y su mejor amigo siente las llamas volver a incendiarse en su interior.

─Me siguió ─Jeno explica.

─Te siguió ─Changbin repite con cierto desconcierto, siendo él ahora quién se sienta molesto con la situación─. No puede estar aquí, ni siquiera debería experimentar emociones tan fuertes.

Felix abre la boca para discrepar, pero Jaemin lo interrumpe con esa singular energía que lo rodea.

─No debería haber venido.

El ambiente se enfría, nubes espesas se posicionan sobre ellos y la tensión podría tocarse de intentarlo, convirtiéndose en tormenta que se lleva todo, dejándo de pie solo los pilares de las casas que una vez estuvieron allí. Jaemin es el primero en apartar la mirada y tomar distancia. Mientras que Felix se siente en el limbo, reconoce un error, pero no tiene ni la menor idea de cuál sea.

No sabe qué ha hecho para que haya sido lanzado desde el cielo, condenado a vivir entre mortales y a renunciar a su antiguo trono. Cuando eran cuatro en el paraíso.

─Eso no importa ahora ─Jeno sujeta a Jaemin del brazo y lo acerca a él, no piensa soltarlo hasta que el peligro desaparezca.

Se imaginó en el lugar de Mark y casi muere.

─Díganme que no soy el único que vio a esos hombres ─Felix susurra, sus pequeños ojos recaen en un grupo de personas en la esquina de la escuela, vestidos completamente de negro y con la mitad del rostro tapado con mascarillas y ropa─. ¿Tendrán que ver con lo que está pasando allá adentro?

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