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El ambiente es agradable.

Pueden ver personas riendo en diferentes grupos, bebiendo de vasos rojos como alguna película americana, apostando y dejando sus vidas en la pista de baile. Es un centro de eventos bastante grande, lo suficiente para que quepa la mitad de la universidad. Y no tienen ni la menor idea de quién es el anfitrión de esa fiesta, pero es evidente que tiene dinero y que buscaba hacer algo inolvidable.

Al menos, para ellos lo será. Porque después de tantas idas y vueltas, casi perdidas y dolores en el alma, poder disfrutar de un ambiente así, se siente como un milagro. Uno real.

─¡Esto es genial! ─exclama Park Jisung con felicidad, empujando a Minho en su silla de ruedas, se inclina un poco para verlo y decir─: ¿Usted que opina, Profesor Charles?

Minho rueda los ojos, pero le sigue el juego de todas maneras.

─Me parece bien, así cuando se pongan odiosos, los voy a congelar.

─Wow, que telepata tan poderoso.

Ambos terminan riendo de su propio chiste, el resto los mira con muecas y miradas divertidas. Tal vez, debieron dejarlos en sus casas, seguro entre ellos encontraban la forma de divertirse sin necesidad de alcohol y expuestos a tantos peligros.

Porque hay las razones suficientes para tenerle un poquito de miedo a ese junte de neuronas alocadas.

─Este lugar sí que es grande ─Donghyuck opina para sí mismo, recibe un asentimiento de cabeza por parte de Jaemin y Mark, ambos a cada lado suyo.

─¿Será que tiene piscina? ─pregunta un Hyunjin emocionado.

─Es un centro de eventos no una casa, tonto ─Jaemin le responde, cruzado de brazos y su completa atención en el chico más alto─. No hay posibilidad de que tengan una piscina metida en algún lugar.

Y como Hwang Hyunjin aprendió a jamás quedarse callado, no tarda en seguir con esa pequeña discusión. Después de todo, siempre amó molestar a Na Jaemin y ver como sus orejas se ponen rojas de la furia.

─¿Quién dice que no? Yo asistí a muchos eventos donde tenían una pileta incluida.

─¿Cuando tenías dinero?

Luego de un rato, el grupo se dispersa y cada uno se va a hacer lo que considera más divertido. Beber, hablar con otras personas, bailar, sentarse en los asientos más cercanos y pretender dormir... Bien, tal vez eso último solo puede hacerlo Seo Changbin, pero no quita que es un plan excelente (desde su punto de vista).

Hay tantas personas allí que rápido y fácilmente se pierden uno de otros, sin embargo, por primera vez después de tantos meses en la oscuridad, están bien con ello. No están preocupados de que algo malo vaya a suceder si se separan, pues la mayor adversidad que les tocó enfrentar juntos, ahora mismo se encontraba en la cárcel, pagando todos sus crímenes y los que probablemente hubiese cometido en un futuro de no ser atrapada.

El aire es diferente, la vibra, todo apunta a que están comenzando a vivir. Finalmente dejaron de ser las marionetas en un escenario falso de teatro barato. Por fin, sus vidas son suyas y no de un demonio con uñas rojas y mirada perdida en la venganza.

─Estoy casi seguro de que te puedo ganar.

Renjun observa a Minho con una ceja alzada, desde hace un rato que compartían una conversación sobre lo increíble que es cada uno, por supuesto, no es más que una guerra de egos impulsada por el orgullo de Lee Minho y las gotas de alcohol en las venas de Hwang Hyunjin.

─Yo no estaría tan seguro de eso, idiota lisiado.

─¡Te reto entonces! ─le dice alzando la voz─. Chicos, cuenten hasta tres y veremos quién es el ganador en esta lucha.

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