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Jeno supo siempre que algún día llegaría su peor karma.

Siempre escapando de todos, huyendo de los problemas, evitandolos. Tantos temas sin resolver, historias con final abierto, cuentos sombríos. Dejó un camino de recuerdos grises en demasiadas personas, es por lo mismo que él sabía que tarde o temprano llegaría ese día. El día donde le recordasen que los errores dan una vuelta completa y regresan al lugar de dónde salieron; su karma, su propia energía.

De alguna manera, él sabía que sería Jaemin quién lo haría pagar por aquellos errores, cuando comenzó a amarlo con toda su alma se debió haber asustado, porque en algún momento caería de lo más alto, pero puso una venda en sus ojos y siguió avanzando por la cuerda floja como si no hubiesen millones de muertos a su alrededor esperando a que caiga.

Lo cierto, no se trata específicamente de Jaemin.

Pero Jaemin le hizo lo mismo que Jeno hizo en algún instante con sus supuestas parejas. Desaparecer, dudar, romper. Quién diría que las piedras que dejó en la vida de otros, lo harían tropezarse después.

Por supuesto, Jeno también se equivocó con algún punto, porque pensó que una vez que Jaemin lo hiriera de la misma manera, no volvería.

Y lo había hecho.

Estaba ahí, junto a él.

Hay historias que jamás son contadas, memorias que quedan en lo profundo de un lago que tarde o temprano desaparece. Pero Jeno espera de todo corazón que su historia con Na Jaemin sea contada, espera que salgan en algún libro de romance o en una recopilación de cuentos trágicos, espera que los niños se detengan a ver como el monstruo de las montañas pudo sentir calor por primera vez en su gélida vida; como logró descongelarse. Espera que pongan una fotografía de ambos que en unos años más luzca vieja con los bordes rasgados y en colores opacos, y que el título sea algo como: "los amantes que jamás supieron decirse adiós".

Porque eso es justo lo que sucede, no saben decirse adiós, no saben alejarse, ni siquiera cuando su propia integridad se ha visto expuesta. Jeno no pudo alejarse de Jaemin cuando sus cristales herian a cualquiera que se le acercase, y Jaemin no logra alejarse de Jeno, no pudo antes ni podrá jamás.

─Estás sobrepensando otra vez.

Suelta una risa sin gracia y asiente con su cabeza lentamente. No es una pregunta, porque él lo conoce mejor que nadie.

─Sigo sin poder comprenderlo ─murmura y alza sus hombros. Jaemin lo está mirando desde el otro extremo de la sala con el ceño fruncido y esos gestos que solía odiar cuando discutían.

En momentos como esos, incluso extraña su molestia.

─No tienes que hacerlo, hay cosas que simplemente no tienen explicación, Jeno.

─Pero no puedes ir por la vida fingiendo que no hay un porqué detrás de todo. Tú mismo lo sabes, fuimos creados con hechos, no con suposiciones.

─¿Desde cuando eres tan apegado a los hechos? ─cuestiona Jaemin, acercándose a él con pasos lentos, hasta que se encuentra frente a él y puede dejar caer la delicadeza de sus manos en los hombros de Jeno─. No tiene nada de malo que veas el mundo de colores, guapo... No siempre tendrás una explicación para todo y deberás aprender a vivir con ello.

Jeno suelta un largo suspiro, se siente frustrado, pero es como si Jaemin impidiera que eso salga a la luz.

─No es justo.

─¿Qué es justo en esta vida?

Abre la boca para decir algo más, pero entonces, escucha el timbre de la casa y ambos interrumpen aquel momento girando sus cabezas al mismo tiempo. Jeno siente una presión en su pecho, mientras que Jaemin solo podía dejar a la vista su confusión.

Dream BabiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora