Dream Babies

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Muchos le dijeron que lo que le había sucedido a él fue un tipo de renacimiento.

De las primeras cosas que hizo en cuanto despertó, fue leer libros de todo tipo, quizás, algunos de ellos ya habían entrado en su complejo cerebro, pero simplemente no lo recordaba. El primero fue un libro sobre hadas, este explicaba como siempre habían estado entre nosotros, llamándose de diferentes tipos de nombres, pero reconocidos en la actualidad solo como hadas.

Felix pensó entonces que la vida era demasiado hermosa y corta para afligirse por su pasado desconocido. Él no es tonto, sabe un poco cómo ocurrieron las cosas, casi muere ahogado en un aparente accidente intencional, sin embargo, las razones detrás de ello prefirió dejarlas volar. No necesitaba ese tipo de información cuando pudo renacer, la vida le dio otra oportunidad y eso es lo que vale. Los libros de fantasía se convirtieron en su mejor arma para callar las dudas momentáneas referente a su vida pasada.

Y siempre funcionó.

Funcionó con sus compañeros de universidad, con la vida que llevó un tiempo en Australia, con los malos hábitos, e incluso, con algunos de sus buenos amigos.

Menos con una persona.

Changbin camina a su lado en completo silencio, ambos esperan a Jeno y Jaemin, quiénes se encontraban en un pasillo cercano revisando aula por aula, puede escuchar con facilidad la voz cantarina del chico y la forma brusca en que su mejor amigo abre las puertas y luego las cierra. Suelta un largo suspiro, pues la verdad, Felix piensa que no llegarán muy lejos.

Es peligroso y cree ser cobarde, escalofríos recorren su columna vertebral al recordar todo lo que le han contado sobre aquella mujer y sus planes maquiavélicos.

─¿Se supone que esto salga bien? ─pregunta en un susurro.

Era para él mismo, un intento de calmar sus pensamientos intrusivos, y a su vez, se sorprende al recibir una respuesta de parte del callado chico a su lado. Entonces, todo el ruido mental se disipa rapidamente, justo como una hada pasando por su lado y llevándose toda su atención.

─No lo creo.

─Pensé que era el único con un mal presentimiento...

─Más que un mal presentimiento, creo que no lograremos nada en este lugar ─él suspira, de verdad lo hace y es primera vez que Felix lo ve sin esa máscara de hombre fuerte e intocable─. Seguramente solo perdemos el tiempo, ella ya se debió haber ido.

─¿Pero entonces por qué traer a Donghyuck hasta acá sin lograr nada? ─pregunta, ladeando el rostro.

Changbin se detiene de pronto y gira el rostro lentamente para mirarlo a los ojos, es esa la primera vez que lo hace por voluntad propia desde que llegaron al lugar. Huye de su mirada curiosa todo el tiempo y Felix puede comprenderlo en cierta parte, fueron pareja y parece que nada de eso salió muy bien, pero a la vez le frustra demasiado.

Porque ni todos los libros sobre hadas y seres elementales pueden frenar la singularidad de toda esa situación que los envuelve a ambos.

─Claro ─asiente lentamente─. ¿Por qué hacer todo esto...?

Su trabajo mental, uniendo puntos, se ve interrumpido de pronto por un rugido, muy similar al de algún auto. Felix y Changbin comparten miradas confundidas casi de inmediato. Es literalmente imposible que alguien pudiese meter un vehículo a la escuela. 

Un auto es difícil al ser grande, pero un estúpido carrito de golf no.

─Me tienen que estar jodiendo.

Felix abre la boca en cuanto lo visualiza, se trata de un hombre vestido completamente de negro, solo puede ver sus ojos oscuros, pues el resto de su cara estaba tapada con un tipo de bufanda extraña y gastada. Está sobre el carrito de golf, haciendo rugir el motor como si se tratase de un perro con rabia.