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─¿Crees que esto tenga algo que ver con San?

Mark moja sus labios ante la mención de aquel nombre que tanto deseó olvidar hace tantos años. Lo arrancó, sacándolo de su vida como si nunca hubiese existido, y entonces, volvió para recordarle que con las personas no se hace eso.

─Yo espero que no... ─suspira, mientras observa fijamente a Donghyuck─. Pero pienso que es algo un poco obvio.

El morenito asiente con la cabeza lentamente. Piensa lo mismo.

─Es extremista ─menciona, agachando la mirada por un instante─. Creo que hay muchas maneras de "vengarse", pero esta, en el caso de que se trate completamente de ella, es extremista. Porque eso significaría que muchas cosas que han pasado últimamente...

Y Mark vuelve a suspirar.

Es consciente de la realidad y aquello lo hace muchísimo peor. Desearía olvidar cada cosa que ha tenido que aprender a la fuerza y solo quedarse con la sensación de ellos. Realización, tranquilidad, entusiasmo... No miedo y pánico.

─Sé que quieres decírselo a los chicos, incluso si no estás seguro de esto... ¿Pero no crees que deberías hablar antes con Minho?

Hay momentos como esos donde Lee Donghyuck es la voz de la razón, donde Mark solo se dedica a mirarlo y oírlo por el tiempo que sea necesario, donde recuerda que es tan adulto como él. Porque aquel chico molestoso y travieso que lo había conquistado, desapareció hace unos cuantos años atrás. En su lugar hay un hombre, uno que no teme recordarle que puede acertar como también puede equivocarse, celebra sus victorias, pero no aplaude sus errores, aunque sean parte de él. Es su apoyo y se comporta como Mark tuvo que hacer durante tanto tiempo, cuando Donghyuck aun no quería asentar cabeza.

─¿Sobre qué deberíamos hablar específicamente?

─Tienen que llegar a un acuerdo. No es lindo que ambos estén enojados, Mark. Mucho menos ahora.

Y sabe que él tiene toda la razón, pues tuvo que ver en el pasado como ambos hermanos se distanciaban y todo a su alrededor acababa desmoronándose. Sin embargo, Mark es consciente también de que está en todo su derecho de sentirse enfadado.

Se siente como una guerra que jamás acaba, un niño que nunca termina de madurar. Lee Minho es terco y piensa que siempre va a tener la razón, tanto que se cierra en sus argumentos y no es capaz de escuchar al resto. Por supuesto que Mark piensa en él, lo ha considerado siempre en sus planes, y es por aquello que espera lo mismo de su parte, solo un poco de comprensión. ¿Tanto le cuesta entender que Mark quiere hacer las cosas bien?

Odia las mentiras, odia los conflictos. Ha pasado por los suficientes y ya no quiere más. Seguir ocultando la información que Minho descubrió solo asegura una pelea entre todos.

─Minho piensa que tiene el maldito mundo en sus manos, pero no es así ─el mayor endereza la espalda, su voz se escucha un tanto robótica ante la mención de su hermano─. Me preocupa que acabemos en la misma situación de hace cinco años. Si ella fue capaz de quemar una escuela y manipular al padrastro de Jisung para que hiciera lo que hizo, ¿por qué piensa que no puede hacerlo otra vez y con él?

Donghyuck tenía una expresión apagada, como si los recuerdos de aquel momento siguieran quemando su piel y haciendo hervir su sangre. Le afectó tanto como a los involucrados en ese accidente que pudo llevárselo todo, de solo pensar en que podría repetirse... Es capaz de perder la cabeza por completo.

Busca los ojos de Mark con el brillo de los propios, extiende su mano y le regala un suave apretón en su hombro.

─Tal vez solo tienes que ser sincero, Minho te va a entender. Tarde o temprano lo hará.

Dream BabiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora