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─Te ves bien así.

Donghyuck sonríe de lado, sus mejillas bañadas en una fina capa de sudor y el color rosa que se ha apoderado de casi todo su rostro. Los dedos largos y atractivos tocan cada uno de los botones de su camisa, hasta que esta se encuentra abotonada casi por completo, exceptuando los dos primeros que siempre deja libres.

Mark está viéndolo desde una esquina, terminó de vestirse un poco antes que Donghyuck. Y a pesar de que su respiración ya se había calmado y no quedaba mucha evidencia de lo que sucedió hace unos minutos, su mirada sigue siendo igual de oscura y profunda.

Mark le observa como si fuese una abeja y Donghyuck el panal en el que quiere vivir por siempre.

─No sé si los chicos se referían a esto cuando dijeron que hiciéramos tiempo ─el morenito habla entre risitas, una vez que su ropa ya no está desordenada, se mira en el espejo frente a él.

─¿Y qué más sino? ─Mark pregunta en voz baja y ronca.

─Bueno... Yo creo tener sexo en los baños de la universidad no entraba en las opciones.

Mark suelta una risa que acaba con la tensión calurosa que, otra vez, comenzaba a instalarse entre ambos. Finalmente, se relaja y se acerca para besar la mejilla de Donghyuck, este último le sonríe con los cachetes pincelados y la piel acaramelada que sabe dulce en sus labios.

─¿No querías sumar experiencias?

─Esta acaba de superar cualquier otra...

Se siente muy avergonzado por lo que acaba de hacer, especialmente porque no se le hubiese ocurrido ni en sus ideas más locas, pero sucedió, y extrañamente, está bien con ello, aunque no le quita la vergüenza.

─Es mejor que vayamos, nos deben estar esperando.

Donghyuck asiente y se observa una última vez en el espejo.

Su cabello ahora castaño se encuentra un poco desordenado, pero no tanto como para darle la importancia suficiente. El color ya comenzaba a abandonar sus mejillas, así que no había mucho de lo que preocuparse. Finalmente, extiende su mano en la dirección de Mark, y este último, no duda ni un segundo en entrelazar ambas.

Caminan por los oscuros pasillos a paso lento, procurando no hacer mucho ruido por si se encontraban con alguien más que no fuesen sus propios amigos. Pueden ver la enorme luna fuera de la universidad, iluminando cada rincón tanto como se le permite, esta les da un poco de paz, pero ninguno de los dos es muy fan de la noche y la oscuridad en sí. Donghyuck prefiere el día, allí todo es un poco más fácil y no hay muertos o vivos queriendo llevárselo lejos, mientras que Mark puede sentir la desesperación de su novio, así que le afecta casi de la misma manera.

Llegan luego de unos cuantos minutos, Mark lo sujeta con fuerza y no lo suelta hasta que ya están allí.

Park Jisung, Jeno, Minho, Hyunjin, Changbin, Chenle, Renjun, Seungmin y Felix. Los nueve estaban sentados sobre las chaquetas de cada uno, bien juntos como si fuesen unos pobres soldados en la Gran Guerra. Solo algunos traen mochilas y se encuentran en el centro de todos. Mark y Donghyuck se sientan también con ellos, recibiendo saludos y preguntas con respecto a la demora.

─¿Qué se supone que hagamos ahora?
─pregunta Park Jisung, a la vez que cierra los ojos y deja caer su cabeza en el hombro de Chenle─. Ya me dio sueño...

─Tranquilo, con lo que hiciste hace un rato tenemos suficiente.

La voz de Renjun no es seria por completo, una mezcla entre diversión y sarcasmo, la manera en que acostumbró a hablarles. Al comienzo, Renjun solía ser un poco arisco, evitaba las conversaciones muy largas o que incluyeran algo más que su misma ironía. Actualmente, puede escucharlos y bromear con ellos sin perder su esencia por completo.

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