lo supe desde que te vi//Ron Weasley-

~11~

Anne POV.

Estaba saliendo de la enfermería, había ido a visitar a Hermione, Poppy me dijo que en unos días estaría intacta y podría salir se allí.

Fui a parar a la biblioteca para saber más sobre los petrificados cuando choqué con alguien.

–¿otra vez tu, bonita?–me preguntó con una sonrisa Zabini.

–ugh.–exclamé cansada.–¿puedes dejar de llamarme así?–

–¿por qué? ¿tu novio Weasley me va a golpear?–me dijo molestandome.

–no es mi novio. Tengo 12.–respondí obviando mi edad.

¿y eso que, niña?

Blaise me miró con una ceja elevada y con una sonrisa divertida en el rostro.

–¿ah, no?–me preguntó.–¿entonces por qué te sonrojas cada vez que lo menciono o estás a su alrededor? te gusta, ¿no es cierto?–

Enrojecí enseguida, no sabía que responderle.

–y-yo... a-am, yo.–comencé.

–¡déjala en paz, Zabini!–gritó Ron llegando a mi lado.

El nombrado soltó una risa amarga, nada que ver con las que me dedicaba a mi.

–bien, bien, me iré, llegó tu príncipe azul. –dijo alejándose de mi.–nos vemos, bonita.–

Escuché como Ron bufaba con furia y sentía mis mejillas arder notoriamente.

–si te vuelve a llamar así, juro que lo mataré.–refunfuñó el pelirrojo.–vámonos, Anne.–

Me tomó de la muñeca y me llevó hasta Harry.

–¿estás bien, Ron?–le preguntó el azabache.

–si.–respondió este, molesto.

–emm...¿ok?–nos miró confundido el de anteojos intentado descubrir lo que pasaba.–¿haz visto a Hermione, Anne?–cambió de tema.

Nos estábamos dirigiendo hacia las escaleras.

–sip.–le respondí a Harry.–quédense tranquilos, saldrá pronto de la enfermería, no es nada grave.–

Nos detuvimos en seco cuando vimos el piso lleno de agua.

–¿qué es?–preguntó en un tono no enfadado el pelirrojo.

Los tres comenzamos a correr hacia donde provenía el agua, efectivamente, era el baño de niñas.

–¡Merlín!–grité.–¡Myrtle la llorona inundó el baño!–

Finalmente entramos al baño y estaban todos los grifos abiertos vertiendo el agua de ellos y Myrtle lloraba desconsoladamente.

–¿vinieron a tirarme libros?–preguntó la fantasma bruscamente.

–¿por qué te lanzaríamos algo?–preguntó Harry tan confundido como Ron y yo.

–quisiera saberlo.–respondió ella.–aquí estoy, siempre lamentandome y vienen creyendo que es divertido lanzarme libros.–

–pero...no pueden lastimarte, por que solo te atraviesan.–agregó Ron sin comprender.

–¡claro! ¡láncele libros a Myrtle porque no siente nada!–se acercó peligrosamente a Ron y este se encogió de miedo.–¡10 puntos si le dan en el estómago! ¡20 puntos si le dan en la cara!–siguió.

–¿pero quién te lanzó libros?–volvió a preguntar Harry.

–no lo sé, no alcancé a ver.–respondió esta con su insoportable voz.–estaba aquí pensado en la muerte...¡ay! y cayó sobre mi cabeza.–y comenzó a llorar fuertemente otra vez.