~06~

122 6 0
                                    

Anne POV.

Salí del salón hecha una furia. Tal vez no tuve que haber reaccionado así, pero me fue inevitable, esa mujer tocó lo que más me molestaba, lo que más me enfurecía.
Me encaminé hacia la oficina de la mujer y me encontré con los gemelos Weasley.

-¿Anne?-preguntaron al unísono con asombro.

-hola, chicos.-dije algo seria.

-¿qué haces aquí?-me habló Fred.

-tuve un percance con Umbridge.-les respondí de mala gana. Estaba molesta.

-¿Umbridge?-intervino George.-¿negó la vuelta de Voldemort?-

Los miré con el ceño fruncido.

-¿cómo lo saben?-

-fue lo primero que nos dijo al llegar al salón.-comenzó George.

-y conociéndote...no te quedaste callada.-agregó Fred con una sonrisa.

Enrojecí al ser tan predecible.

-¿y ustedes que hacen aquí?-les hablé con curiosidad.

-tal vez nos hayamos desquitado con ella con nuestros increíbles productos.-contestó Fred.

-unos dulces alarga lenguas, para ser exactos.-continuó George.

Abrí mis ojos con sorpresa. Eso era bastante, incluso para ellos.

-eso explica muchas cosas.-reí.

-pero...¿qué no se supone que estás en clase?-preguntó un curioso George.

-debería estarlo pero...me castigaron a mi y a Harry, así que no le vi más sentido estar allí dentro...así que me fui.-expliqué con simpleza.

-¿¡Harry también!?-preguntaron atónitos.

Asentí como respuesta y nos quedamos allí esperando un tiempo hasta que la idiota de la profesora se dignara a venir.

Las horas pasaron y comenzaba a arrepentirme de haberme saltado las demás clases por esa vieja bruja. Los gemelos desaparecieron a los 30 minutos de haber hablado conmigo.
Las clases habían llegado a su fin cuando sentí pasos rápidos dirigirse hacia mi.

-¿¡estás loca!?-me preguntó Ron con preocupación.

-tal vez.-respondí riendo.-pero no iba a permitir que me ninguneara a mi ni a Harry. Que sea una profesora no le da el derecho como tal.-

-en eso tienes razón.-me sonrió de lado y justo en ese momento Harry y Umbridge llegaron hasta su oficina.

-buenas tardes.-me dijo y no respondí. Sus labios se arrugaron en una gruesa línea.

Al entrar me giré para ver por última vez al pelirrojo. Este me miró con compasión y sacudió su mano torpemente, yo le sonreí dulcemente de vuelta y miré a la mujer.

-hoy escribirán unas líneas para mi.-nos informó mientras ojeabamos su oficina. Era tan horrible como ella, rosa por cada rincón, ni uno solo se salvaba, cuadros de millonadas de gatos, uno más feo y diferente que el anterior.
Nos sentamos en unas sillas frente a su escritorio.
Sobre la mesa había un pergamino y una pluma para cada uno. Había algo extraño en aquella pluma, algo que me daba mala espina.

-Potter, escribirás: no debo decir mentiras.-ordenó la bruja, dicho de mala forma.-y tu, Thompson.-me miró con su oscura mirada.-en tu caso escribirás: no debo ser irrespetuosa.-dijo con sorna.

Iba a refutarle pero Harry me dedicó una mirada de advertencia así que decidí no abrir la boca.

-¿cuántas veces?-pregunté lo más irrespetuosa posible para molestarla.

lo supe desde que te vi//Ron Weasley-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora