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Omnisciente

Anne soltó la mano de Ron y se agachó a la altura de Harry.

–mira en su mente, descubre donde está.–le pidió ella.–si lo hacemos y tenemos a la serpiente será su fin.–

El azabache la miró, dudando en hacer lo que su amiga le pedía. Finalmente se decidió y con dolor se metió en la mente de Voldemort.

Sus amigos vieron con preocupación al azabache, quien se quejaba de dolor hasta que de la nada él se levantó de su lugar.

–se donde está.–anunció y el cuarteto salió corriendo en dirección a las escaleras.

El azabache les explicó lo que había visto mientras los guiaba hacia donde estaba Voldemort.
Por el camino tuvieron que esquivar muchos ataques de mortífagos y obligadamente presenciaron como conocidos sufrían heridas e incluso morían. Entre los cuerpos sin vida, se encontraba Lavender Brown. A Anne nunca le cayó bien aquella chica, pero verla en ese estado la conmovió y lamentó su muerte.
Siguieron el difícil camino, aún esquivando los ataques.
Estaban a punto de salir del núcleo de la batalla cuando un centenar de dementores se acercaron al cuarteto. Suerte para ellos alguien los había eliminado. Aberforth Dumbledore.
Los cuatro muchachos le agradecieron con la mirada y siguieron hacia el embarcadero donde, según Harry, estaba Voldemort.

Tras bajar varias escaleras, llegaron a este y se escondieron para que el innombrable no los viera.
Ron, Anne y Hermione se sorprendieron al ver a Snape a través del cristal. Harry no parecía asombrado, él ya sabía que estaría ahí.

–ha llevado a cabo magia extraordinaria con esta varita, mi señor. Tan solo en las últimas horas.–habló Severus.

–no, yo soy extraordinario.–contradijo Voldemort.–pero la varita se resiste a mi.–

–no hay varita más poderosa.–insistió el actual director.–el mismo Ollivander lo dijo. Hoy, cuando el niño venga, la varita no le fallará, puedo asegurarlo. Le responde a usted y solo a usted.–

–¿seguro?–preguntó el señor tenebroso de manera severa.

–mi señor...–

–¿la varita de verdad me responde a mi?–repitió de manera aterradora.–eres un hombre astuto, Severus. Debes entenderlo. ¿A quien le da su lealtad en realidad?–

–a usted. Por supuesto, mi señor.–volvió a responder Snape.

–la varita de saúco no puede servirme bien porque no soy el verdadero amo. La varita pertenece al mago que mata a su dueño anterior.–el señor oscuro se acercó al Slytherin.–tu mataste a Dumbledore, Severus.–

Snape palideció al instante. Él sabía lo que le esperaba, él sabía que no podía decir la verdad ante al temible amo de la oscuridad.

–si tu estás vivo, la varita no puede ser del todo mía.–habló Voldemort con su típica voz susurrante pero sádica.–fuiste un sirviente útil, Severus. Pero solo yo viviré para siempre.–

–mi señor...–murmuró Snape pero fue interrumpido por su falso amo, quien le cortó el cuello.

Desangrándose se cayó torpemente al suelo, golpeando su cabeza con la ventana. Los amigos que espiaban allí se sobresaltaron ante el inesperado golpe.

–Nagini, mátalo.–ordenó el hombre sin una pizca de humanidad.

La serpiente ni siquiera dudó ante la petición de su amo. Se tiró sobre Severus y comenzó a atacarlo violentamente, mientras el hombre soltaba jadeos y suspiros de dolor.

Voldemort tomó a su Horrocrux y sin rastros de arrepentimiento ni piedad se fue de allí.

El cuarteto había quedado shockeado por la escena que habían presenciado a medias.
Rápidamente se adentraron al lugar donde se encontraba el profesor, agonizando de dolor.

lo supe desde que te vi//Ron Weasley-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora