Omnisciente
Un par de días se cumplieron desde que Ron había desaparecido y Anne estaba más que entristecida. No comía bien, no hablaba con frecuencia y su característica alegría había sido suplantada por una notable tristeza. Le hacía falta el pelirrojo.
La rizada estaba sola en la tienda mientras escuchaba la radio. En ella pasaban una canción que a ella le encantaba, todos lo sabían. Estaba sentada escuchándola mientras leía con detenimiento un libro. Aunque estuviera haciendo sus dos cosas favoritas, su ánimo era el mismo, tenía ese semblante que demostraba que no estaba feliz.
Harry se acercó a ella y extendió su mano para que la pelinegra la tomara. Ella vaciló unos segundos pero finalmente la agarró, parándose de la silla en donde se sentaba.
Anne levantó la mirada y se encontró con los verdosos ojos de su mejor amigo. Aquella mirada en la que se sentía querida. Sin embargo, ella deseaba estar perdida en un par de ojos azules, en donde no solo se sentía querida, si no que amada, protegida y especial. Nada se le comparaba.El azabache se quitó el guardapelo y lo dejó en alguna parte de la carpa, sacando lo que molestaba en aquel momento.
Harry comenzó a moverse al compás de la música de fondo que los envolvía, contagiando de a poco a la rizada, que se negaba a sonreír.Hermione fue la siguiente en entrar. Formaron una especie de ronda y comenzaron a bailar intentando levantarle el ánimo a la chica que siempre sonreía.
Un poco después, Anne dejó de estar tensa y empezó a mover su cuerpo al ritmo de la melodía presente.
Sonrió. Sonrió como hace días no lo hacía. Sonrió demostrando que a pesar de todo lo que estaba sufriendo, se podía encontrar la felicidad. Sonrió para sus amigos.Los tres se abrazaron cuando la música llegó a su fin. Fue un abrazo tan conmovedor que un par de lágrimas se escaparon de las amigas, que eran bastante sensibles.
–gracias.–se escuchó la quebradiza voz de la pelinegra.–gracias de verdad. No saben cuanto necesitaba despejarme.–
Harry y Hermione le sonrieron. Ellos estaban más que informados de lo que su amiga pasaba, por eso decidieron ayudarla.
Un rato después la carpa había quedado alojada solo por el azabache y la rizada. Hermione estaba afuera leyendo su copia de Beedle el Bardo.
Anne tomó la suya y salió en busca de su castaña amiga. Se sentó a su lado y abrió aquel libro, percatándose del símbolo que estaba dibujado en la primera página.–¿Hermione?–le habló la chica mirándola. Pero ella no contestó, admiraba el mismo símbolo ubicado en el mismo lugar del mismo número de página.
Hermione miró a Anne con extrañeza.
–esto no viene con el libro.–le informó ella.
–siento que ya he visto ese símbolo...–la rizada pensó en voz alta. La castaña la miró como intentando descifrar algo, algo le decía que ella también lo había visto aquel dibujo en algún lado.
–¡Hermione, Anne!–gritó Harry llegando a su dirección.–tenías razón, la Snitch tiene memoria. Pero no atrapé mi primera Snitch con la mano, casi me la tragué.–
El azabache les entregó la bola dorada y ambas chicas leyeron lo que esta tenía grabado.
"Me abro al cierre."
–¿qué querrá decir?–preguntó Harry impacientemente.
–no lo sé.–hablaron las dos chicas al unísono.
–pero nosotras también encontramos algo.–habló Hermione mostrándole los dos libros con el mismo símbolo.
–al principio creíamos que era un ojo, pero ahora no creemos que sea eso.–explicó Anne.–no es una ruina y no aparece en el silbario de conjuros. Alguien lo dibujó, no es parte del libro.–
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lo supe desde que te vi//Ron Weasley-
Fantasy[BORRADOR] Anne Thompson recibió su carta de Hogwarts para poder tener finalmente la vida mágica que tanto anhelaba. Lo que no sabía es que por casualidad iba a conocer a un pelirrojo que desde el momento en que lo vió, puso su mundo de cabeza...El...