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Omnisciente

Los niños, ya no tan niños siguieron a los gemelos por el pasillo mientras miraban por encima de las escaleras. Harry seguía algo molesto, pero no entendía que no era culpa de sus amigos, fue una orden directa de Dumbledore.

Ambos bromistas sacaron una oreja y con una cuerda la hicieron llegar hasta el pasillo de abajo.

–si no fuera por mi ahijado, no sabríamos que Voldemort regresó.–se escuchaba como Sirius hablaba.–ya no es un niño, Molly, ninguno de ellos lo es.–siguió el hombre refiriéndose a Harry y a sus amigos.

–pero aún no son adultos, Sirius, ninguno de ellos lo es.–le respondió la mujer pelirroja.

–no es tu hijo, Anne tampoco lo es.–insistía Black.

–es como si lo fueran. Por si se te olvidaba, prácticamente crié a Anne, a demás ¿a quién más tienen?–le replicó la señora Weasley.

–me tienen a mi.–volvió a hablar Sirius.

–que paternal eres, Black.–la voz de Severus hizo callar a los dos adultos que peleaban.–tal vez Potter crezca y se vuelva un criminal como su padrino.–

–tu no te metas en esto, Quejicus.–lo cayó Sirius.

–¿Snape es parte de la orden?–preguntó el azabache a los chicos que tenía a su lado.

–si.–respondió Anne apenada.

–es un idiota.–susurró Ron.

De repente la oreja en la que espiaban la conversación de los adultos comenzó a moverse. Un gato color canela y cara aplastada estaba jugando con ella creyendo que era un juguete.

–¡Crookshanks!–lo regañó Hermione.

–¡no toques eso!–siguió la rizada.

–gato tonto.–murmuró Ron.

–déjala.–insistió la castaña interponiéndose para que su mascota no dañara el aparato. Pero Crookshanks no hizo nada de caso, cortó la oreja de la soga y se la llevó felizmente.

–Hermione, detesto tu gato.–refunfuñó el menor de aquellos pelirrojos.

–Crookshanks, eso no se hace.–lo regañó nuevamente mirando a la dirección donde se había escapado el animal.

–no creo que te sirva de mucho decirle ahora, no le importa.–le dijo Anne entre pequeñas risas.

La castaña rodó los ojos con una sonrisa mientras el pecoso favorito de la rizada suspiraba con molestia.

A los minutos la reunión finalizó y Molly llamó a los adolescentes a cenar.

–bueno.–comenzó una vez todos estaban bajando las escaleras.–cenaremos en la cocina.–

Los gemelos Weasley se aparecieron detrás de su madre dándole un susto mientras ella soltaba un grito molesto y les daba una muy mala mirada.

–¡el hecho de que ya puedan usar magia fuera de Hogwarts no significa que puedan sacar las varitas en cualquier momento!–les gritó.

–hola, mamá.–la saludó Ginny y la mujer le devolvió el saludo con un asentimiento de cabeza muy leve.
Luego Ron y Anne pasaron por su lado también saludándola y su mirada se posó en él último chico: Harry.

–¿quieres cenar?–le preguntó amablemente.

–¿seguro que estás bien?–preguntó Arthur apareciendo al lado de la mujer.–nos preocupas.–

Antes de que el azabache respondiera fue interrumpido por una voz que él anhelaba escuchar.

–Harry Potter.–habló Sirius llegando a la cocina con sus brazos extendidos.

lo supe desde que te vi//Ron Weasley-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora