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Omnisciente

El cuarteto llegó a Hogsmade. Intentaron ser lo más sigilosos posible, teniendo en cuenta que Harry era muy perseguido.
A penas pusieron un pie en el oscuro lugar, una exótica alarma comenzó a hacer eco en el espacio, alertando a los mortífagos la llegada del elegido.
Rápidamente y de forma algo torpe, los amigos escaparon de los seguidores del Señor Tenebroso, escondiéndose de ellos.

Aún sonando la alarma, los mortífagos persiguieron a los jóvenes y ellos con torpeza corrieron hacia algún lugar para buscar alguna escapatoria de ellos. Lo único que encontraron fue un callejón con un portón que yacía cerrado.
Harry escuchó un susurro y seguido de sus amigos, se adentraron al lugar con sigilo.

–¿lo vieron?–preguntó un asombrado y confundido Ron, que se dirigía hacia su novia y amiga.–por un momento creí que...–

Hermione no lo dejó terminar.

–Dumbledore.–terminó por el pelirrojo.

Anne asintió algo shockeada. Aún estaba algo conmovida por la reciente muerte de su director, quien la había protegido muchísimo, tanto a ella como a sus amigos.
Caminó, inspeccionando el lugar con algo de timidez, pero algo llamó su atención y se acercó a aquel espejo donde se reflejaba algo no tan común.

–¿Harry?–mumuró ella.–te veo aquí.–

El nombrado miró a su amiga y luego corrió la vista hacia a lo que ella apuntaba. Caminó hacia ella, con curiosidad.

–son unos tontos.–espetó un hombre que tenía un parecido gigantesco hacia el difunto director.–¿cómo se les ocurre venir? ¿tienen idea de lo peligroso que es?–

Ante las miradas confusas de tres de los cuatro amigos, Harry habló.

–es Aberforth, el hermano de Dumbledore.–aclaró el azabache.–es usted a quien he visto aquí.–señaló su espejo, ahora dirigiéndose al hombre.–y usted envió a Dobby.–

Una punzada de culpabilidad invadió el pecho de Anne. Le dolía profundamente la muerte del pequeño Elfo.

–¿dónde lo dejaron?–preguntó Aberforth.

–él...–comenzó la rizada con algo de dolor.–está muerto.–

El hombre miró a la muchacha y una pizca de tristeza atravesó sus ojos.

–lo siento, me agradaba ese Elfo.–se lamentó el hermano de Dumbledore.

–¿quién le dió eso?–preguntó Harry señalando el objeto.–el espejo.–

–Mundungus Fletcher.–contestó.–hace como un año.–

–él no tenía derecho a venderlo, era propiedad de...–

–Sirius.–interrumpió.–Albus me dijo. También me dijo que te enojarías mucho si te enterabas que yo lo tenía. Pero pregúntate, ¿dónde estarías de lo contrario?–

Aberforth se retiró del lugar unos minutos. Cuando regresó trajo comida que dejó en la mesa.
Ron y Anne fueron los primeros en acercarse a ella, estaban hambrientos. Hermione y Harry también se acercaron, y los cuatro se devoraron todo en segundos.

–¿tiene noticias de los demás?–intervino Hermione.–de la Orden.–

–la Orden se acabó. Quién tú sabes ganó.–contestó el hombre.–cualquiera que te diga lo contrario está muy confundido.–

–tenemos que entrar a Hogwarts. Hoy.–anunció Harry y Aberforth lo miró.–Dumbledore nos dio un trabajo que hacer.–

–no me digas.–habló el hombre mientras se servía una copa.–¿y es bueno?–

lo supe desde que te vi//Ron Weasley-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora