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Anne POV.

–ten.–Griphook le ofreció un objeto y mi novio lo aceptó.

El dragón se percató de nuestra presencia, porque rápidamente se levantó, dispuesto a atacarnos.
El duende que nos acompañaba sostenía la misma cosa que Ron. Él comenzó a agitarlo, generando un extraño sonido que aparentemente a la criatura le fastidiaba y asustaba.

–lo entrenaron para sentir dolor cuando escucha el ruido.–explicó Griphook.

–pobre animal.–me lamenté al ver las reacciones que tenía al oír el molesto sonido.

–son unos bárbaros.–se quejó mi amiga con indignación.

Finalmente habíamos llegado a la bóveda, donde Griphook colocó la mano del otro duende y esta se abrió.
Entramos a ella rápidamente. Estaba repleta de objetos valiosos. Mientras admirabamos el espacio, la puerta se cerró detrás nuestro.

lumos.–pronunció Harry y nosotros lo imitamos.

–vaya...–murmuró Ron con asombro al observar todo.

Accio Horrocrux.–pronunció Hermione, pero nada sucedió.

–¿enserio vas a intentar con ese?–se burló mi novio.

–Ronald...–lo regañé.

–bien, bien.–se disculpó.–lo siento.–

–esa magia no funciona aquí.–explicó Griphook.

–¿es aquí, Harry?–preguntó Ron.–¿puedes sentir algo?–

El nombrado, quien estaba más adelantado, asintió.
Harry observó la bóveda hasta que encontró la copa de Hufflepuff en lo más alto.

Accidentalmente Hermione tocó una argolla de plata. Esta al ser tocada, comenzó a multiplicarse de forma rápida.

–¡ese es!–aseguró Harry, señalando la copa y sin percatarse de lo que sucedía tras él.–¡allá arriba!–

Hermione, Ron y yo comenzamos a entrar en pánico. Al hacerlo, sin querer tocábamos los demás objetos que también parecían estar bajo el mismo hechizo, así que comenzaron a multiplicarse.

–es el hechizo gemino.–explicó Griphook.–todo lo que toquen se multiplicará.–

–¡dame la espada!–pidió el azabache y mi amiga se la tiró.

Harry la tomó y comenzó a nadar entre los objetos que se multiplicaban más a cada segundo.
Luchó un poco con el molesto hechizo, pero finalmente llegó a su objetivo. Pero las cosas se complicaron, ya que el elegido quedó hundido bajo toda la plata.
Todo salió bastante bien, porque pude ver como Harry se las ingenió para salir de todo eso.

Mis disgusto hacia el duende no había sido por odiosa, si no que no me había equivocado; porque aquella fea criatura se acercó a mi amigo y le quitó la copa de las manos, mirándolo de forma desafiante.

–¡teníamos un trato, Griphook!–le recriminó él azabache.

–¡la espada por la copa!–exigió el duende.

El elegido de mala forma le tiró lo que el traicionero solicitaba y él me aventó la copa.

–dije que los traería. No dije nada sobre sacarlos de aquí.–sentenció con una macabra sonrisa.

Y así es como se fue junto a otro duende, dejándonos solos a nuestra suerte.

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Nos costó mucho salir de la bóveda, pero no era nada con lo que no pudiéramos lidiar.

–¡ladrones!–gritó Griphook.–¡ayúdenme, ladrones!–

lo supe desde que te vi//Ron Weasley-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora