Un paseo en familia

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 Elia había intentado ponerse a terminar sus deberes, pero no podía concentrarse con todo lo que estaba pasando en su casa, con la llegada de esos tres extraños

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 Elia había intentado ponerse a terminar sus deberes, pero no podía concentrarse con todo lo que estaba pasando en su casa, con la llegada de esos tres extraños. Por eso no pudo más que alegrarse cuando la puerta de su habitación se abrió y su padre entró. Enseguida se levantó de la silla y corrió al encuentro de su padre, aunque la habitación era bastante pequeña y no los separaba mucha distancia

—¡Papá! —exclamó—. ¿Ya se han ido esas personas?

—No, todavía no —respondió Neal agachándose a su altura—. Había pensado... que podíamos ir todos a dar una vuelta.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Elia confundida

Su padre antes parecía enfadado, y ahora quería salir con ellos.

—Creo que será bueno —dijo Neal

—Pero no los conocemos de nada —dijo Elia

—Bueno, yo si —dijo Neal—. Conocí a Emma hace mucho, era muy importante para mi. Como tu madre.

—Entonces ¿de verdad ese niño es tu hijo? —preguntó la niña

—Si, tienes un hermano —dijo Neal sonriendo—, ¿no te gusta la idea?

Elia no contestó, pero frunció los labios y miró a otro lado.

—Tú... solo conócele, ¿vale? —dijo Neal

—¿Por qué ahora? ¿Por qué no antes? —dijo Elia

—Bueno, yo antes tampoco lo sabía —dijo Neal

—¿Por qué?

Neal suspiró.

—Esa es una historia para otro momento —dijo—. Así que ¿le darás una oportunidad a tu hermano? ¿Por mí?

—Vale.. —dijo Elia con tono desganado

Mientras caminaban por las calles de Nueva York, Elia no dejaba de mirar hacia detrás. Tanto esa Emma como el otro hombre, Gold, los seguían. Ninguno de los dos decía nada. Emma solo miraba con preocupación a su hijo, y Gold más bien caminaba perdido en sus pensamientos. Cuando se había propuesto encontrar a su hijo, no había previsto aquella situación, ni siquiera con su habilidad para ver el futuro. Elia iba a la par de que padre, tomando su mano, mientras su... hermano, Henry, iba al otro lado charlando con su padre.

—Oye, ¿te gusta la pizza? —preguntó Neal

—Si —dijo Henry—, y ahora me dirás que la mejor está en Nueva York y que tengo que probarla, ¿no?

—No, está en el reino Dramariano en los campos Draconianos de Zorn —dijo Neal

—¿Qué? —preguntó Elia confundida mientras Henry lo mirada entrecerrando los ojos

—No, está aquí —dijo Neal riendo levemente señalando un pequeño restaurante—, ¿verdad, Elia?

Su padre llevaba todo el camino tratando de meterla en la conversación, aunque ella no había hablado mucho. Simplemente se encogió de hombros ante la pregunta y miró a su hermano todavía insegura sobre que pensar de él. Nunca había tenido un hermano. Esa situación era rara para ella.

—Os compraré una porción —dijo Neal mientras entraban al establecimiento

—Entonces ¿vienes de allí? —preguntó Henry

—Si, así es —respondió Neal bajando su tono sin poder evitar echar una mirada a su hija. Había intentado mantener siempre la misma versión con todos los que había conocido en ese mundo, y eso, claro, incluía a su hija. Siempre había dicho que era de Nueva Jersey en el pasado que se había creado.

Elia lo miró. Ya le era imposible a la niña estar más confundida. ¿Qué su padre era de donde? Su padre se había reído. Quizá era una broma. Tenía que serlo.

El establecimiento no estaba muy lleno, pero todavía tuvieron que esperar una pequeña cola.

—Bueno, ¿qué queréis hacer después? —dijo Neal

—¿Podemos irnos a casa, papá? —preguntó Elia, y con podemos, se refería solo a ellos dos, pero no lo mencionó.

—Yo había pensado más bien que podíamos llevar a Henry al museo —dijo Neal—, ¿qué os parece?

Neal soltó la mano de su hija para poder pagar las tres porciones de pizza que había comprado. Mientras saboreaba su trozo y perdida en sus confusos pensamientos, la niña siguió a los otros dos fuera del establecimiento, donde los esperaban Emma y Gold.

—Emma, a Neal le gustaría enseñarme el museo —dijo Henry—, ¿podemos volver al apartamento a por mi cámara?

Cuando llegaron a casa, Elia subió arriba junto con su padre y Henry, no quería esperar abajo con Emma y Gold. Su padre no le había hablado mucho de ese hombre en realidad, le había pedido que intentase congeniar con Henry y después, que fuera amable con Emma, pero no había sido hasta que había escuchado a Henry preguntar al hombre si ahora tenía que llamarlo abuelo que había preguntado por él. Por eso ella y su padre se habían quedado en el camino algo atrás y el se lo había confirmado.

Elia ya tenía abuelos, por su madre, pero siempre había creído que sus otros abuelos estaban muertos, al menos eso le había dicho su padre. Un abuelo, un hermano... ¿qué iba a ser lo siguiente?

—Papá, tengo deberes, ¿no puedo quedarme en casa? —dijo Elia

—Elia, hemos quedado en que le darías una oportunidad —le dijo Neal mientras Henry iba a por su cámara

—¿Por qué a él y no al abuelo? —preguntó Elia

Neal no supo como contestar. Suspiró meditando una respuesta. Pero la puerta estaba abierta y en ese preciso momento escucharon un fuerte ruido que venía de abajo.

—Quedaos aquí —les pidió Neal antes de apresurarse a bajar corriendo.

ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora