La reina de las nieves

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—Vale, ¿dónde se escondería una heladera con poderes de hielo? —preguntó Elia, mientras ella y Pinocho tomaban un helado sentados en una esquina de la cafetería

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—Vale, ¿dónde se escondería una heladera con poderes de hielo? —preguntó Elia, mientras ella y Pinocho tomaban un helado sentados en una esquina de la cafetería.

Pinocho se encogió de hombros.

—¿Una casa de hielo?

—Oh, eso suena guay —dijo Elia—, pero no creo. Sabríamos si hay una casa de hielo.

—Igual está en las minas —dijo Pinocho

—¿Las minas? —preguntó Elia

—Hay minas debajo de Storybrooke —dijo Pinocho—. Seria un buen sitio para esconderse, ¿no?

—¡Si! —dijo Elia—. ¿Cómo se puede entrar a las minas?

—Hay una entrada, algunos chicos de mi clase suelen ir a jugar por ahí —dijo Pinocho—. Aunque mi padre siempre dice que no me acerque porque una vez se derrumbó. Pepito quedó atrapado allí.

—Pero con mi magia podría sacarnos —dijo Elia

—No lo se, Elia —dijo Pinocho—. ¿Y si nos pasa algo antes de que puedas usar magia?

—Bueno... tiene que haber más sitios donde buscarla aquí, podemos mirar primero otros lugares —dijo Elia—. Quizá esté en el bosque. Es grande y seguro que tiene muchos escondites.

Pinocho estuvo de acuerdo, así que en cuanto ambos se terminaron sus helados, ambos salieron por detrás de la cafetería. La puerta del hostal estaba más cerca del bosque. Y se internaron entre los árboles. Durante un buen rato, siguieron un camino que atravesaba el bosque. Hasta que Elia pensó que lo lógico para buscar un buen escondite sería salirse del camino.

Por supuesto no habían pensado en que ninguno de los dos conocía bien el bosque. Ninguno de los dos llevaba demasiado tiempo en Storybrooke. August si, pero Pinocho no recordaba el tiempo que había sido adulto. Así que no tardaron en perderse.

—Eh, Elia... ¿sabes por dónde podremos volver? —Pinocho fue el primero en darse cuenta

—Claro, solo tenemos que ir por donde hemos venido —dijo Elia señalando hacia atrás

—Pero mira ese árbol —Pinocho señaló un árbol torcido, que formaba casi un arco con sus ramas. Estaba varios metros a su derecha—, ¿no hemos pasado por ahí?

—Pero por ahí hemos visto un... —Elia se calló mirando a ambos lados—, bueno, creo...

—¿Nos hemos perdido? —dijo Pinocho

—¡No! No, solo... —Elia miró alrededor nerviosa—, solo nos hemos desviado un poco. Tenemos que seguir.

Un buen rato después, Elia no estaba segura de cuanto tiempo llevaban caminando por el bosque, solo sabía que estaba agotada, y su amigo también. Ni siquiera sabía cuanto habían visto del bosque, o si realmente solo estaban caminando en círculos. Pero de repente lo notó.

ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora