Buscando respuestas

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Elia se encontraba en la tienda de su abuelo

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Elia se encontraba en la tienda de su abuelo. Estaba en la trastienda estudiando un libro de magia que las hadas le habían dejado. Eran como unos deberes que le habían puesto antes de la siguiente lección, y estaba muy concentrada, sentada en el catre con el libro sobre sus piernas cruzadas. Bella trabajaba en el inventario de la tienda sobre la mesa de trabajo.

—¿Es interesante el libro? —le preguntó

—Si —respondió Elia—. Ni siquiera tenía que leer esta parte.

—Entonces imagino que van bien las lecciones de magia —dijo Bella

—Muy bien —dijo Elia—. Mira esto

Elia levantó su mano en dirección a lo alto de las estanterías que tenía enfrente y se concentró. Belle miró entre la niña y la estantería expectante. Al principio no paso nada. Luego las estanterías comenzaron a temblar. Primero solo era un poco, luego el movimiento aumentó. Como si un terremoto pasara justo debajo de esa zona. Las estanterías trastabillaron y antes de que pudieran hacer nada, la mayoría de los objetos en ellas cayeron al suelo con un fuerte estrepito.

—Uy —dijo Elia—. No quería hacer eso, de verdad

—Creía que solo tenías que leer, Elia —dijo su abuelo desde la cortina que daba a la tienda

—Lo siento —dijo Elia—. Lo puedo dejar como estaba.

Elia levantó su mano de nuevo, pero Bella se apresuró a acercarse.

—No te preocupes, Elia, yo me encargo —dijo sonriendo, aunque con un atisbo de preocupación, y precaución.

Elia bajó la mano y apretó los labios mirando de reojo a su abuelo.

—Creí que me saldría bien —dijo—. El otro día lo hice

—¿No dice tu padre que no uses tu magia sin supervisión? —preguntó Gold

—Belle estaba aquí —dijo Elia sonriendo inocentemente

—Sabes que se refiere a alguien con magia —dijo Gold—. Si son esas pul... las hadas, mejor. Son ellas las que te están enseñando.

—No se porque no quieres enseñarme tu —dijo Elia

—Es mejor así, Elia —dijo Gold

—No lo entiendo —dijo Elia

—No hace falta que lo entiendas —dijo Gold

La niña frunció el ceño, pero no tuvo tiempo de replicar porque en ese momento oyeron la campana de la puerta. Gold volvió a salir a través de las cortinas, y Belle lo siguió. Elia escuchó la voz de Emma, y una segunda voz que no reconoció. Su curiosidad enseguida ganó y dejó el libro a un lado para asomarse por las cortinas. Ahí estaba Emma junto a una mujer. Era joven, más joven que Emma al menos. Tenía el pelo rubio claro recogido en una trenza y la piel pálida. Llevaba puesto un curioso vestido azul. Parecía como... como hecho de hielo.

ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora