Secretos

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Habían pasado casi dos meses

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Habían pasado casi dos meses. Las clases habían terminado, el verano había llegado. Pero Elia todavía tenía su aprendizaje de magia. Por eso llegó corriendo al convento. Su padre le había dicho que él, Bella y Garfio por fin habían encontrado la manera de liberar a las hadas del sombrero, y Regina por fin lo había hecho esa misma mañana. Se notaba en el convento. Había más hadas que en los últimos dos meses. Alguna todavía parecía algo aturdida.

Pero Elia siguió su caminó. Siempre tenía sus clases de magia en la misma habitación. Pero unas voces llamaron su atención. A pocos metros de llegar a la habitación, escuchó voces procedentes de otra. Era la voz de Campanilla, y hablaba con el hada Azul. Se acercó despacio. La puerta estaba entreabierta. No estaba segura de si la habían dejado así adrede.

—¿Lo entiendes, verdad, Azul? —dijo Campanilla

—Si Elia es como ella... —el tono de Azul era preocupado

—Lo se, hace mucho que no habíamos oído hablar de uno de ellos —dijo Campanilla

—Cierto, no en nuestro mundo —dijo Azul—. Pero Elia es distinta

—También lo he notado —dijo Campanilla—. Pero explicaría porque tiene magia.

—Si, entiendo lo que dices, parece que es lo único que cuadra —dijo Azul—, en casi todo. Es la primera en su familia en nacer con magia. Ni Fiona ni Malcolm... ni Rumpletiltskin...

—Debería decírselo, debería llegar pronto —dijo Campanilla

—Todavía no —dijo Azul

—Pero...

—No sabemos que puede significar —dijo Azul—. Y recuerda lo que sucedió la última vez.

—Elia no es como ella, Azul —dijo Campanilla

—Lo se, pero debemos esperar —dijo Azul—. Primero deberíamos lograr liberar al aprendiz del sombrero. El mago conocía mejor al guardián.

Campanilla suspiró.

—Está bien, tienes razón —dijo—. Pero no me gusta.

Elia escuchó los pasos que se acercaban y se puso nerviosa. Rápidamente echó a correr por el pasillo por el que había llegado hasta la entrada. Pero no podía dejar de pensar en lo que había escuchado. ¿Qué significaba todo eso? ¿Qué pasaba con ella? Ni siquiera sabía quienes eran Fiona o Malcolm. ¿Y de quién hablaban tanto? El aprendiz también le había dicho que se parecía a alguien. Elia no entendía nada, pero la conversación daba vueltas en su cabeza dejándola confundida. Aun así, la niña trató de disimular y mostrarse como siempre cuando Campanilla salió a recibirla.

La clase tuvo que ser interrumpida por aquel rugido ensordecedor que bien habría podido escucharse por todo el pueblo.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Elia con tono nervioso

—No lo se —dijo Campanilla—. Iré a ver que ha pasado, quédate aquí

—¡No!

—Elia, por favor —dijo Campanilla—, si ocurre algo, estarás bien aquí. Tu padre querría que te quedarás.

Sin embargo, Elia apenas dejó unos segundos después de que el hada se marchara antes de apresurarse a seguirla corriendo. Después de tanto tiempo viviendo en Nunca Jamás, Campanilla tenía bien desarrollados los sentidos y no tardó en darse cuenta. Pero decidió no volver atrás.

En la calle principal del pueblo todo era un caos. La gente corría y gritaba tratando de refugiarse, y sobre todos ellos sobrevolaba una forma negra gigante. Aquella cosa era enorme, tenía cuernos en la cabeza y enormes alas a la espalda. Elia estaba segura de haberlo visto en algún lado, aunque no estaba segura donde. Campanilla colocó el brazo delante de Elia, colocándose delante de ella.

—Chernabog —murmuró el hada

—¿Qué has dicho? —preguntó Elia sin poder apartar la mirada de aquella cosa

—Es un demonio —explicó Campanilla—. Lo llaman Chernabog.

—¡Chernabog! —dijo Elia—. ¡Eso es! Vi la película.

—¿Qué película? —preguntó el hada

—Es una película de Disney —dijo Elia—. Pero a mi padrastro le gusta. Le gustan las películas viejas de Disney. La vimos un par de veces en casa cuando estaba con mi madre.

Campanilla frunció el ceño.

—Era una película —dijo—. Pero esto es muy real. Y la magia no sirve contra él.

—¿Por qué no? —preguntó Elia

En ese momento vieron a Regina y Emma avanzar hacia el centro de la calle principal, levantaron sus manos y lanzaron dos rayos rojo y blanco contra aquel monstruo. El demonio rugió y salió volando por el cielo alejándose.

—¿Lo han derrotado? —preguntó Elia

—Solo lo han espantado —dijo Campanilla

Un grupo de personas salió tras una esquina para reunirse con las dos mujeres. Elia se fijó en que eran su padre, Garfio, Blanca y Bella. No entendía porque su padre de repente parecía tan amigo de Garfio. Quería correr con su padre, pero el hada todavía la sujetaba, como sabiendo lo que pensaba.

—No —dijo Campanilla—. Será mejor que te lleve a un lugar seguro.

—¡Pero se ha ido! —dijo Elia

—Volverá —dijo Campanilla—. Tu padre querrá que estés a salvo

Elia miró al hada confundida. Tenía sentido lo que decía, pero era como si hubiera algo que no quisiera decirle.

—¿Qué es lo que quiere ese demonio? —preguntó

—No necesitas saber eso —dijo Campanilla—. Te llevaré a algún sitio donde estarás a salvo

—¿Está mansión? —preguntó Elia confundida cuando el hada la llevó exactamente a la misma mansión donde Henry y ella habían encontrado aquella habitación secreta repleta de libros.

—Pertenece a un mago, uno muy poderoso —dijo Campanilla—. Por eso está bien protegida. Sígueme.

El hada la guio hacia el interior de la mansión y se dirigió a las escaleras. Pero en lugar de subir, apoyó la mano en la pared de al lado. Y de repente, allí mismo se materializó una puerta. Elia abrió los ojos sorprendida. Campanilla abrió la puerta revelando unas escaleras que bajaban a un sótano. Un sótano grande, pero... era un caos. Había estanterías con libros, un montón de objetos curiosos, todo por todo, sin orden alguno.

—¿Qué es este sitio? —preguntó Elia

—Un lugar seguro —dijo Campanilla—. No estaba segura de si estaría aquí, pero por suerte, así es.

—No lo entiendo —dijo Elia

—No toques nada —dijo Campanilla—. Yo enseguida vuelvo.

—Espera, ¿te vas? —preguntó Elia

—Tengo que hacerlo —dijo Campanilla—. Espero poder explicártelo después. Por favor, quédate aquí.


** si ves el capítulo de chernabog en la serie, podrás ver que todos llevan abrigo y que henry va a clase, pero según mis cálculos estarían en junio; la verdad, no se ve que en la serie prestaran mucha atención a esos detalles del tiempo y eso, pero yo prefiero llevar una línea temporal lógica. Y entre que se saben que pasan cuatro años en las seis primeras temporadas (en la maldición de Fiona, esta dice que Henry tiene 14 años) y los pocos indicativos de tiempo que hay, lo he calculado lo mejor que he podido.

ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora