Primer día de colegio

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Era su primer día de colegio en Storybrooke

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Era su primer día de colegio en Storybrooke. Elia despertó temprano, quizá demasiado temprano. Quería llegar pronto a clase. Estaba nerviosa. Quería, necesitaba ponerse al día pronto. Lo que estuvieran dando no podía ser muy diferente a lo que ella daba en Nueva York, ¿verdad? Faltaban solo dos meses y medio de colegio. No quería suspender.

Se vistió rápidamente con su nuevo uniforme. Se miró al espejo. Era un poco raro. El colegio al que había ido en Nueva York no tenía uniforme. Ninguno de los dos en realidad. Ni el de Manhattan ni el de Queens. En eso había tenido suerte. Había podido llevar lo que quisiera. Hasta ahora. Se preparó su mochila. Libros, cuadernos, estuche con lápices y demás. Tenía todo.

—Buenos días —dijo su padre sonriendo en cuanto entró a la cocina—. ¿Estás nerviosa?

—Un poco —Elia se encogió de hombros

—No te preocupes, todo irá bien —dijo Neal

—Pero ¿y si han dado algo en clase que yo todavía no he dado? —dijo Elia

—Seguro que si es así, te ayudaran —dijo Neal

Elia asintió, pero suspiró mientras se sentaba.

—¿Qué ocurre? —preguntó Neal

—No se —Elia se encogió de hombros

—¿No lo sabes? —dijo Neal

—Es que voy a ser la única que no es de aquí —dijo Elia—. Quiero decir, todos son del bosque encantado menos yo.

—Henry no lo es —dijo Neal

—Pero ha vivido aquí siempre —dijo Elia—, y el es mayor que yo. Dice que nos veremos poco.

—Elia, no creo que importe que tu no seas del bosque encantado —dijo Neal

Elia apenas pudo desayunar un vaso de leche y todavía le quedaba un buen rato antes de coger el autobús. Se había desperado demasiado pronto, esto ya lo sabía. Intentó distraerse con un libro, pero no dejaba de pensar en todas las cosas que podrían ir mal. Desde el solo hecho de no encajar en el colegio hasta que sucediese algo malo, algo realmente malo, como solía pasar en Storybrooke.

Cinco minutos antes de la hora indicada, su padre la acompañó hasta la parada de autobús. No estaba muy lejos. Seguramente podría ir sola en los días siguientes, algo impensable en Nueva York. No fue la única esperando en esa parada. Algunos le sonaban de haberlos visto, otros no. Algunos eran bastante más mayores que ella, así que seguramente en Storybrooke los autobuses solo iban por zonas, no por colegio (es decir, primara, secundaria o instituto).

Cuando el autobús por fin llegó, Elia subió al autobús. No conocía a nadie, así que se sentó sola en uno de los primeros asientos. Se fijo en que los mas mayores iban a ponerse detrás del todo mientras que los que parecían más de su edad se ponían adelante. Una niña, probablemente de su edad, se sentó a su lado.

ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora