Un extraño sueño

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A Kath le costó dormir aquella noche

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A Kath le costó dormir aquella noche. No era por los sollozos de su hija en la cama de al lado, ni porque no era su cama ni por no tener a su marido al lado. Pero no le gustaba discutir con su hija. Casi nunca lo hacían. Quizá eso tenía algo que ver con que durante la mayor parte de su vida Elia había estado con su padre. Pero aquella noche habían tenido una de las peores discusiones que nunca habían tenido.

Se sentía tan mal. Entendía que Elia quisiese quedarse con su padre. Pero habían pasado demasiadas cosas y ella ya no estaba segura de que Elia estuviese segura con él, ya no confiaba en Neal tanto como antes. ¿Cómo iba a dejarla con él así? Había querido creerse eso de la amnesia al principio, pero cuanto más lo pensaba, menos plausible le resultaba. Desde la aparición de esa otra familia de Neal todo había sido demasiado extraño, con pocas o muy vagas explicaciones.

Y Kath estaba cansada. Necesitaba poder fiarse del padre de su hija. Elia estaba creciendo, ya no estaba en edad para meterle todas esas tonterías sobre la magia. Su hija era casi una preadolescente que se empezaba a percatar de la realidad. Y si tenía que separarlos un tiempo por el bien de Elia, no lo iba a dudar. Elia lo entendería, quizá no en ese momento, pero si más tarde.

Pero lo que no se esperaba era que al día siguiente, al despertar, la cama de su hija estaría vacía.

—¿Elia? —dijo levantándose despacio mientras miraba por toda la habitación. Era pequeña, no le hacía falta levantarse del todo para verla entera—. ¡Elia!

Sin haber respuesta, se levantó de la cama para mirar en el baño. Estaba vacío. Miró nuevamente alrededor desesperada. Miró debajo de las camas, en el armario. Pero Elia no estaba por ninguna parte. Se llevó una mano a la cabeza preocupada. Tenía que encontrarla. Así que se vistió rápidamente y bajó corriendo. No estaba en la sala de estar del salón, tampoco la vio en la cafetería. Le preguntó a la camarera que estaba en la barra, pero nada.

Quizá había ido al hospital para estar con su padre. Tenía que ser eso, ¿no? Seguramente quería pasar todo el tiempo que pudiese con él antes de irse. Salió rápidamente de la cafetería, tenía que comprobarlo. Y realmente esperaba que estuviera allí, ya que no sabía donde más mirar, no conocía más sitios allí.

—¿Qué? —dijo Neal cuando Kath le contó lo que pasaba—. ¿Cómo que se ha ido?

—No la encuentro por ninguna parte —dijo Kath mientras daba vueltas por la habitación del hospital—, No se... Quizá es culpa mía, ayer discutimos y...

—No, Kath, no es culpa tuya —la interrumpió Neal—, pero hay que encontrarla

—Si, si, lo se, pero yo no... ¿Qué haces? —Kath se interrumpió al ver como Neal se levantaba de la cama

—Te ayudaré a buscarla —dijo Neal y al ver la mirada de la mujer, añadió rápidamente—. No. No me pienso quedar aquí mientras Elia esté perdida.

ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora