Oscuridad

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Elia abrió los ojos, sintiendo una superficie dura bajo su cuerpo

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Elia abrió los ojos, sintiendo una superficie dura bajo su cuerpo. Al darse cuenta de que estaba tumbada en la carretera principal de Storybrooke, un suspiro de alivio escapó de sus labios. Se incorporó, sintiéndose más feliz que nunca. A su alrededor estaban Henry, Emma, Regina y el aprendiz. Mientras Regina y Henry se abrazaban con efusividad, Emma posó una mano tranquilizadora en su hombro. Sin embargo, el único pensamiento que ocupaba la mente de Elia era la ubicación de su padre.

En ese instante, Robin llegó corriendo y abrazó a Regina con fuerza. Henry aprovechó la oportunidad para lanzarse a los brazos de Emma.

—¿Dónde está mi padre? —preguntó Elia, la ansiedad asomándose en su voz.

Emma la miró y luego se tomó un momento para observar el entorno, pero Neal no estaba a la vista.

—Vamos a buscarlo —respondió con determinación.

No tardaron en encontrarlo al revisar los lugares donde habían estado antes de que Isaac los atrapara en su mundo. Neal se encontraba en el apartamento de los Nolan, acompañado por Blanca y David.

—¡Papá! —gritó Elia, saltando hacia él tan pronto como lo vio.

Neal la levantó del suelo y la abrazó con fuerza, apretándola contra su pecho. Elia hundió su rostro en el hombro de su padre mientras las lágrimas comenzaban a brotar de nuevo.

—¡No vuelvas a olvidarte de mí otra vez! —le suplicó, la voz entrecortada por el llanto.

Neal sonrió con ternura.

—Te lo prometo.

Cuando finalmente se separaron, Elia se secó las lágrimas y se echó un paso atrás para permitir que su padre y Emma se abrazaran. En ese momento, Elia se encontró al lado de Henry, quien también era envuelto en los brazos de Blanca. Aún le resultaba extraño que Blanca se mostrara tan cariñosa con ella, pero no se quejó. La felicidad de que todo hubiera terminado inundaba su corazón.

Esa noche, en la cafetería de La Abuelita, todos estaban de celebración. El bien había triunfado una vez más, y la alegría se respiraba en el ambiente. Emma y Neal compartían una mesa en una esquina con David y Blanca, mientras Henry se divertía con Robin y Regina en otra. Por su parte, Elia reía junto a August en la barra.

Todo parecía estar finalmente bien. Elia había hablado con su padre sobre pasar unos días en Nueva York con su madre antes de que comenzaran las clases. Tenía muchas ganas de ver a su madre y a su hermanita. Pero, debería haber sabido ya que en Storybrooke, la calma rara vez dura mucho tiempo.

Lo comprendió cuando Bella irrumpió en la cafetería, su rostro reflejando preocupación y angustia.

—Rumple —dijo, entrecortada por la carrera—. Su c-corazón... está casi negro. Dice... que estamos en peligro.

Bella, Neal, Emma, Blanca y David se apresuraron hacia la tienda, con Henry y Elia siguiéndolos de cerca. Emma había llamado al Aprendiz, con la esperanza de que supiera cómo evitar lo que sucedería cuando Rumplestiltskin muriera y el Ser Oscuro tomara el control. El Aprendiz no tardó en aparecer, llevando consigo la caja circular que contenía el sombrero. Con cuidado, lo dejó en el suelo junto al cuerpo inconsciente de Gold.

ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora