Emma

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El rugido del viento se intensificó mientras la cafetería volaba a través del vórtice, sacudida por fuerzas que ninguno de ellos comprendía del todo

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El rugido del viento se intensificó mientras la cafetería volaba a través del vórtice, sacudida por fuerzas que ninguno de ellos comprendía del todo. De pronto, el torbellino se detuvo bruscamente. Con un fuerte crujido, la cafetería se desplomó, chocando contra el suelo con tal fuerza que lanzaron todos los objetos sueltos por los aires.

Hubo un momento de caos total, pero luego, un silencio absoluto.

—¿Estamos... vivos? —preguntó Gruñón, alzando la cabeza desde detrás del mostrador, donde se había ocultado.

Regina fue la primera en levantarse, tambaleándose mientras el polvo se asentaba. Miró a su alrededor, sin poder contener una mezcla de asombro y nerviosismo. Afuera, a través de los ventanales destrozados de la cafetería, se extendía un vasto bosque verde, diferente de cualquier cosa en Storybrooke. Los árboles eran altos, frondosos, con hojas tan espesas que apenas dejaban pasar la luz del sol. El aire era fresco, cargado con el aroma a hierba mojada y tierra.

—Lo hemos conseguido —dijo Regina con voz grave—. Estamos en el Bosque Encantado.

Neal ayudó a Elia a levantarse, y ambos miraron por la ventana, asimilando la nueva realidad.

—No reconozco esta parte del Bosque Encantado —murmuró Blanca, con una mezcla de nostalgia y temor.

—Emma debe estar por aquí —dijo Regina, aún estudiando el paisaje. Volvió a coger la manta del suelo.

David apartó las cosas y fragmentos rotos del suelo y ayudó a Blanca a levantarse, que todavía sujetaba con cuidado al pequeño Leo.

—Tenemos que movernos rápido —dijo, mirando a Henry y Roland, que parecían confundidos pero curiosos—. No sabemos quién o qué podría estar cerca.

Regina salió de la cafetería destrozada, pisando el terreno cubierto de hojas. Un aire denso y casi sobrenatural impregnaba el ambiente, como si el mismo bosque les estuviera observando.

—¿Por dónde empezamos? —preguntó Neal, inquieto.

—Por ella —respondió Regina, sacando la manta de Emma una vez más.

Agitó su mano sobre la manta, que brilló levemente y se elevó ligeramente de la mano de Regina, antes de meterse entre los árboles.

—Un hechizo localizador —dijo Regina con confianza—. Nos llevará hasta Emma.

Sin perder tiempo, algunos siguieron la dirección marcada por la manta, internándose en la espesura del bosque. Otros se quedaron en la cafetería, para ordenar un poco el lugar que sería su refugio mientras estuvieran allí.

Elia, que no había querido quedarse en la cafetería, se aferraba con fuerza a la mano de su padre. Neal sentía el peso de la incertidumbre crecer con cada paso. Aunque Elia ya había estado en el Bosque Encantado, en el mundo de Isaac, sabía que este lugar era distinto. No podía explicarlo del todo, pero algo en el ambiente se sentía diferente, inquietante.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora