En el hospital

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—¡Ruby! —Elia se adelantó corriendo para entrar en la cafetería—, ¿te acuerdas de mi?

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—¡Ruby! —Elia se adelantó corriendo para entrar en la cafetería—, ¿te acuerdas de mi?

—Elia, cuanto tiempo —saludó la camarera—. Claro que me acuerdo.

—Si, oye, ¿has visto a mi padre? —preguntó Elia

—Elia, podías haberme esperado —le dijo su madre mientras entraba con las dos mochilas

—Lo siento, mamá —dijo Elia girándose a mirarla

—¿Es tu madre? —preguntó Ruby

—Si, se llama Katherine, es de Nueva York —dijo Elia—. Mamá, ella es Ruby

—Un placer —dijo Kath sonriendo

—Entonces, ¿mi padre...?

—Lo siento, Elia —dijo Ruby—. Lo he visto esta mañana, pero no se donde estará ahora. Aunque creo que ha pasado algo en el bosque y tu padre y Emma estaban metidos

—¿Qué? ¿Qué ha pasado? —preguntó Elia

—Ojala hubiera podido enterarme mejor, pero llevo aquí todo el día —dijo Ruby

—Gracias de todas formas —dijo Kath—. Mi hija me ha dicho que aquí tienen habitaciones

—Si —dijo Ruby—. Si seguís por el pasillo, llegareis a la recepción del hostal.

—Gracias —agradeció Kath

Kath suspiró cuando por fin pudo dejar las mochilas sobre una de las dos camas en la habitación que les habían dado en la recepción. Elia se fijó que aquella habitación era diferente a la de la última vez. Era más pequeña. La dos camas individuales estaban casi al lado, solo separadas por una mesilla donde había una lámpara encima. Había un pequeño escritorio junto a la ventana (con vistas a la plaza) y un armario junto a la pared, cerca de las camas. Eso era todo, aparte de la puerta que daba al baño.

—Creo... creo que la tienda del abuelo estaba cerca de aquí —dijo Elia—. Puede que él sepa donde está papá.

No se había equivocado. Además, pudieron ver el cartel de la tienda antes de llegar. Lo malo fue que la tienda estaba cerrada. Las persianas del escaparate estaban echadas. Elia suspiró. Estaba desesperada. No recordaba mucho más allá de los alrededores de la cafetería del pueblo. Así que no sabía muchos sitios donde buscar. Tampoco sabía donde encontrar a las pocas personas que conocía, como Emma. Y aunque su madre lo intentaba, su padre seguía sin contestar al teléfono.

—¿Elia?

Elia se giró con rapidez.

—¿Señora Nolan? —preguntó al ver a la mujer de pelo corto. Su barriga dejaba notar que estaba embarazada.

La mujer sonrió y se acercó a madre e hija.

—Puedes llamarme Blanca, cielo —dijo—. Tu padre dijo que estabas en Nueva York

ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora