El aprendiz

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—¿Morgan?

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—¿Morgan?

El rostro del anciano denotaba una gran sorpresa. Pero también tristeza y nostalgia. Miraba a Elia con brillo en sus ojos, pero al mismo tiempo, se mantenía cauto en la entrada de su casa.

—N-no... —titubeó Elia confundida—. Me llamó Elia...

—Ah —dijo el hombre. Parecía decepcionado, luego soltó un largo suspiro—. Perdón, pero te pareces mucho a... alguien que conocía. Hasta tienes...

Sin embargo, el hombre no continuó hablando y se quedó mirando a algún punto más atrás de Elia hasta que sacudió la cabeza y nuevamente se fijó en ella con una sonrisa amable, como si acabara de acordarse de ella.

—¿Estabas buscando algo? —preguntó

Elia solo quería salir corriendo, estaba nerviosa. Ni siquiera sabía porque había ido hasta allí. No es que ese anciano pareciera malo o una amenaza, pero no lo conocía de nada y la estaba asustando un poco. No tendría que haber salido de casa.

—No, no... yo... yo ya me iba —dijo Elia

—Oye, espera —el hombre llamó su atención antes de que pudiera dar dos pasos—. Elia, ¿no? Creo que has venido aquí por una razón.

—No, no he venido por nada —respondió rápidamente Elia

—¿Estás segura? —dijo el hombre

—N-si, bueno... no me creería —dijo Elia

El hombre rio suavemente

—Sabes que tipo de pueblo es este, ¿no? —dijo

Elia se encogió de hombros. Sabía a lo que el hombre se refería. ¿Qué podía parecer imposible en Storybrooke?

—Es que... tuve un sueño —dijo Elia—. Y luego algo me guio hasta aquí

—Está bien, ¿por qué no pasas y me hablas sobre ese sueño? —dijo el hombre

Elia negó con la cabeza nerviosa y se echó un paso hacia atrás.

—Lo entiendo —dijo el hombre—. Pero no te haré nada, y creo que puedo ayudarte.

—¿Cómo? —dijo Elia. No podía negar que estaba algo intrigada—. Ni siquiera me conoce.

—¿Tienes magia, no? —dijo el hombre

—¿Cómo lo sabe? —preguntó Elia

—Digamos que se algunas cosas sobre eso —dijo el hombre—. Una vez fui el aprendiz de un mago muy poderoso

—¿En serio? —dijo Elia

El hombre asintió.

—Bueno, si no quieres pasar, al menos nos podemos sentar aquí fuera —dijo

Salió de su casa, dejando la puerta entre abierta y señaló un viejo banco de madera en el porche donde se sentó. Golpeó suavemente con la palma de su mano el lugar de al lado, invitándola a sentarse.

—¿Me cuentas ahora sobre ese sueño?

Elia lo miró nerviosa y avanzó despacio. Se sentó en el banco, pero se sentó en el borde, como si estuviera lista para levantarse y echar a correr en cualquier momento.

—Bueno, no se si fue exactamente un sueño —dijo—. Solo cerré los ojos un momento, pero vi... Era un sombrero...

—¿Cómo era ese sombrero? —preguntó el hombre

—Grande, de esos puntiagudos de los magos en algunas películas —dijo Elia—. Era... azul, y brillaba, como si tuviera estrellas dentro.

—Elia, dime, ¿viste donde estaba?

—No, solo vi el sombrero —dijo la niña—. ¿Por qué?

—Ese sombrero... pertenecía al mago del que te he hablado —dijo el hombre—, y no es un sombrero común. Se suponía que yo debía resguardarlo, pero no lo he vuelto a ver desde que la reina conjuró su maleficio. Es importante que no caiga en malas manos, sobre todo si esas manos son las de un oscuro.

—¿Y por qué sueño con ese sombrero? —preguntó Elia

—Si tuviera que adivinar, diría que no es tu primer sueño de ese tipo —dijo al hombre—. Creo que eres alguien muy especial, Elia. Te he dicho que me recordabas a alguien. Ella también lo era. Y se hizo muy poderosa. Tu también podrías serlo, solo espero que elijas el camino correcto. Porque ella no lo hizo.

—¿Qué quiere decir eso? —dijo Elia nerviosa

—Ya lo descubrirás —dijo el hombre—. Ahora, quizá debas irte, puede que alguien esté preocupado.

—Pero, ¿por qué es tan especial ese sombrero? —preguntó Elia—, ¿quién es ese mago? ¿quién es esa a la que me parezco?

—Responderé a todas tus preguntas otro día, si quieres —dijo él—. Ya sabes donde está mi casa

—Ni siquiera se como te llamas —se percató Elia

—Michael —dijo él hombre—. Me llamo Michael

Cuando Neal volvió a casa, Elia estaba sentada en el sofá viendo la televisión. Aunque al oír la puerta se incorporó rápidamente de rodillas apoyándose en el respaldo del sofá para ver a su padre entrar.

—¿Has estado aquí todo el rato viendo la televisión? —preguntó Neal

—Si —dijo Elia rápidamente, quizá demasiado rápidamente, así que pensó que era mejor desviar la conversación por otro lado—. ¿Qué ha pasado?

Neal suspiró. Puede que fuera mejor que lo supiera.

—Está pasando algo en el pueblo —dijo

—¿Otra vez? —preguntó Elia

—Si —dijo Neal—. Emma me llamó antes porque... porque había un monstruo de nieve en Storybrooke

—¿Un monstruo de nieve? —dijo Elia—. Pero es casi primavera, la nieve se ha derretido casi toda.

—Bueno, por eso es preocupante —dijo su padre—. Alguien lo ha tenido que crear

—Que guay —dijo Elia. Rectificó rápidamente—. Bueno, es malo claro, pero esos poderes parecen guays.

—Por favor, prométeme que no saldrás sola —dijo Neal

Elia suspiró resignada, pero de todas formas pensó que era mejor no discutir, así que asintió. Neal se llevó una mano a la cara. Que siguieran pasando esas cosas le hacía más difícil la decisión de quedarse. Aunque Henry, Emma, su padre... todos seguirían estando allí. Y por mucho que quisiese proteger a su hija, sabía que a Elia no le haría gracia volverse sola a Nueva York.

Por supuesto, habían hecho bien en suponer que los problemas no habían acabado tras el monstruo de nieve. Fue esa misma tarde, cuando ya había anochecido, que el pueblo de pronto se sumió en la oscuridad pro culpa de un inesperado apagón. Neal volvió a salir para ver que había pasado y por si podía ayudar, después de que Emma llegara a dejar a Henry allí. Como Regina se había aislado y no quería hablar con nadie (tras todos sus problemas con Robin y la vuelta de su esposa), la casa de Gold parecía la siguiente opción segura más lógica.


** el nombre del aprendiz no se dice en la serie, pero como está basado en mickey mouse, lo llamé michael, y como pista, no, no es casualidad que elia sueñe con el sombrero el mismo día que gold lo encuentra.

ONCE UPON A TIME (NEAL'S DAUGHTER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora