La casa Nidhögg es una estirpe tan antigua como los mismos hijos del bosque. Estos primeros hombres, cuyos nombres resuenan en las leyendas susurradas por las nanas durante las noches de insomnio, libraron una eterna batalla contra los amos de drago...
༺El hombre que dicta la sentencia debe blandir la espada༻
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—En nombre de Robert de la casa Baratheon, el primero de su nombre, rey de los ándalos y los rhoynar y los primeros hombres, señor de los Siete Reinos y protector del reino, y por orden de Eddard de la casa Stark señor de Winterfell y guardián del Norte, te sentencio a muerte.
Alzó el mandoble por encima de su cabeza.
—Mantén controlado al poni —le dijo Jon a Bran, acercándose a él—. Y no apartes la mirada. Padre se dará cuenta.
Bran mantuvo controlado al poni y no apartó la mirada.Su padre le cortó la cabeza al hombre de un golpe, firme y seguro.
La sangre, roja como el vino veraniego, salpicó la nieve. Uno de los caballos se encabritó y hubo que sujetarlo por las riendas para evitar que escapara al galope. Bran no podía apartar la vista de la sangre. La nieve que rodeaba el tocón la bebió con avidez y se tornó roja ante sus ojos.
La cabeza rebotó contra una raíz gruesa y siguió rodando. Fue a detenerse cerca de los pies de Greyjoy. Theon era un joven de diecisiete años, flaco y moreno, que se divertía con cualquier cosa. Se echó a reir, y dio una patada a la cabeza.
—Imbécil —murmuró Jon, en voz lo suficientemente baja para que Greyjoy no oyera el comentario. Puso una mano en el hombro de Bran, que alzó la vista hacia su hermano bastardo, y le dijo con solemnidad— Lo has hecho muy bien.
Jon tenía quince años, y ya había presenciado muchas veces la justicia.
Durante el largo camino de regreso a Winterfell parecía hacer mas frío, aunque el viento ya había cesado y el sol brillaba alto en el cielo.
Bran cabalgaba con sus hermanos. Que iban a buena distancia por delante del grupo, aunque el poni tenía que esforzarse para mantener el paso de los caballos.
—El desertor murió como un valiente —dijo Robb. Era fuerte y corpulento, y parecía crecer a ojos vistas, tenía la piel clara de su madre, y también el pelo castaño rojizo y los ojos azules de los Tully de Riverrun— Al menos tenía coraje.
—No —dijo Jon con voz tranquila— Eso no era coraje. Estaba muerto de miedo. Se le veía en los ojos, Stark.
Los ojos de Jon eran de un gris tan oscuro que casi parecían negros, y se fijaban en todo. Tenía más o menos la edad de Robb, pero no se parecían en nada. Jon era esbelto, y Robb, musculoso, era moreno, y Robb era ágil y ligero, mientras que su medio hermano era fuerte y rápido.
—Que los Otros se lleven sus ojos —maldijo Robb sin mostrarse impresionado— Murió como un hombre. ¿Una carrera hasta el puente?
—De acuerdo —asintió Jon espoleando su montura.
Robb soltó una maldición y salió disparado tras él, y galoparon juntos sendero abajo. Robb iba riendo y provocándolo, y Jon galopaba silencioso y concentrado. Los cascos de sus caballos levantaban nubes de nieve.