₂₇...la asesina oscura

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Tu lucha ha terminado

—He visto a Harma hablar con un par de guerreros anoche

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—He visto a Harma hablar con un par de guerreros anoche. No pude llegar a escucharlos —explicó Geralt, su mirada yendo de un lado a otro entre la maleza, procurando asegurarse de que nadie más estuviera oculto cerca de ellos—. Ahora entiendo de qué hablaban. Es un golpe contra Octavia, Kryo.

Kryo sintió un nudo en el estómago. Apretó fuertemente la empuñadura de su espada, que comenzó a congelarse, tornándose del mismo color azul celeste que el hielo de la hoja.

—Kryo.. —suplicó Geralt.

—No dejaré que algo le suceda —trató de zafarse del fuerte agarre del caballero, sin éxito— Suéltame ahora —ordenó.

—Baja la voz —Geralt gruñó entre dientes, barriendo otra vez la maleza con sus ojos dorados— Mírate, debes dejar de jugar a la salvaje antes de que te lastimen.

—No juego a nada. Eso es lo que soy. Ahora suéltame —sacudió su brazo. Geralt comenzó a arrastraba lejos de Athenas y los rehenes, mientras ella intentaba zafarse sin éxito de su fuerte agarre. Antes de que salieran completamente de la maleza, algo se abalanzó sobre ellos. Geralt tuvo que soltar la muñeca de Kryo para defenderse, agarrando la mandíbula del lobo huargo que salivaba sobre su rostro.

El animal cerraba sus colmillos con ferocidad a centímetros de su nariz, hasta que finalmente, con un alarido, dejó caer todo su peso sobre el cuerpo del caballero. Geralt luchó para quitárselo de encima con un gruñido, y al apartarlo, advirtió un largo y fino cristal azulado clavado en su costado. Buscó con la mirada a Kryo, pero lo único que vio fue su cabellera blanca y trenzada perdiéndose entre la maleza.

Junto con el lobo, llegaron tres salvajes más al encuentro con él. Geralt tomó con ambas manos su espada y danzó sobre la nieve, derramando pintura carmesí sobre el lienzo blanco del suelo, que humeaba al contacto con la sangre. No le llevó mucho tiempo, y al terminar, se dedicó a buscar a la joven reina.

El tumulto de gente y la fuerte voz de la Hersir lo hizo adentrarse entre el gentío.

—La coalición te costará la vida, Octavia —Geralt escuchó la débil voz de Harma Cabeza de Perro, incluso podía escuchar la sangre que gorgoteaba en su boca a medida que avanzaba a empujones. Tuvo que saltar un par de cuerpos, y mientras lo hacía, observó el mismo cristal de hielo que Kryo le había lanzado al lobo para salvarlo. Pero esta vez, incrustados en lugares donde no llegarían a ser una herida mortal. Sin embargo, la púa de hielo que sobresalía por el pecho de cada uno, le advirtió que el pequeño fragmento de hielo solo había sido incrustado con el fin de que se pudiera expandir desde el interior, llegando tortuosamente a la zona del corazón.

Geralt no dejó que aquello lo detuviera, ya hablaría con Kryo después. Cuando llegó al frente, se encontró con una escena sumamente peor: La Hersir estaba parada en el centro del claro, humeante debido a la sangre que cubría sus pieles. Su espada goteaba sangre. A su lado se encontraba una salvaje de cabello rojo en su mismo estado, aquella que tenía a Harma de rodillas frente a la Hersir.

—Tu traición te costará la tuya. —aseguró la Hersir. Geralt sabía que es lo que se venía: la traición se pagaba con cien cortes a cuchillo. La comandante desenvaino una daga de su cinturón y la apoyó en la mejilla de Harma— Blóð þarf blóðLa sangre debe tener sangre, murmuró en la lengua antigua. Harma congestionó su rostro en un intento de ocultar el dolor. Los demás coreaban la petición, mientras Geralt buscada desesperadamente encontrar la melena blanca de Kryo. De pronto divisó a Athenas en la nieve, sostenía con manos temblorosas la espada de hielo de la joven reina. La preocupación lo ahogó rápidamente y la presión en su pecho se hizo más fuerte mientras las personas a su lado clamaban, pidiendo sangre.

Su mirada se detuvo nuevamente en la salvaje que sostenía la nuca de Harma.

Dinn bardagi er lokiðTu lucha ha terminado, dijo en lengua antigua.

El cuerpo de Harma se retorció debajo de la mano de la salvaje, quien dejó que su aliento danzara cómo estandarte en el aire. La cantidad y la densidad no había sido natural, era.. era como.. Harma se retorció una vez más y dejó escapar un alarido totalmente agonizante para cualquier oído. De un segundo a otro, varias púas de color celeste brotaron en un sonido crujiente y chirriante desde el interior de su cuerpo. La sangre brotó por su boca ferozmente y Harma Cabeza de Perro cayó a la nieve, sin vida.

La salvaje dió media vuelta, y el pecho de Geralt se desinfló al observar los mismos ojos de Eir en aquella salvaje. Era como.. si su cabello solamente fuese rojo debido a la sangre que ocultaba su verdadero color, como si de alguna manera las pieles que llevaba fuesen oscuras debido a la sangre que la cubría, cómo si la sangre negra que estaba en su rostro fuese solo una pintura de guerra.

No juego a nada, eso es lo que soy.

¹Reyes del Norte•GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora