₁₆Momentos

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No existe tal cosa como una lucha honrada

A pocos días de que Athenas llegara a la fortaleza, dejó de caer la nieve

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A pocos días de que Athenas llegara a la fortaleza, dejó de caer la nieve. Comenzaron las heladas.

Athenas había estado junto a Kryo de día y de noche. La cuidaba. La tomaba bajo su protección. Visible e invisible.

Kryo recordó como se despertaba gritando casi cada noche. Deliraba, se aferraba las mejillas, lloraba de dolor. Athenas la calmaba con conjuros y elixires, la adormecía, abrazándola y la acunaba en sus brazos. Y luego ella misma era incapaz de dormir durante largo rato pensando en lo que Kryo había dicho en sueños y al despertarse. Y sentía un miedo creciente.

Va'esse deireádh aep eigean... Algo termina...

Recordó como fue así durante diez días y diez noches que siguieron de la masacre de HellMist. Y por fin se acabó. Se terminó, desapareció sin huella. Kryo se tranquilizó, dormía serena, sin delirios, sin sueños.

Pero Athenas cuidaba de ella incansablemente. No se alejaba de la muchacha ni a un paso. La tomó bajo su protección. Visible e invisible.

Kryo tomó su espada de la repisa y los recuerdos le golpearon la mente.

—¡Más deprisa, alteza! —decía Geralt— ¡Paso adelante, ataque, paso atrás! ¡Media pirueta, golpe, paso atrás! ¡Equilibra, equilibra con la mano izquierda, o te caerás del peine! ¡Y te golpearás en tus... atributos femeninos!

—¿Qué?

—Nada. ¿No estás cansada? Si quieres, descansamos.

—¡No! Todavía puedo. No soy tan debilucha, no te lo pienses. ¿Y si intentara saltar un palo sí y otro no?

—¡Sobre mi cadáver! Te caes y entonces Athenas me corta... la cabeza.

—¡No me caeré!

—Te lo he dicho una vez y no lo voy a repetir. ¡Sin presumir! ¡Los pies firmes! ¡Y respira, respira! ¡Resoplas como un mamut moribundo!

—¡No es verdad!

—No chille. ¡Ejercite! ¡Ataque, retroceso! ¡Parada! ¡Media pirueta! ¡Firme sobre los palos, carajo! ¡No te tambalees! ¡Parada, pirueta entera! ¡Salta y corta! ¡Así es! ¡Muy bien!

—¿De verdad? ¿De verdad lo hice bien, Geralt?

—¿Quién ha dicho eso?

—¡Tú! ¡Hace un segundo!

—Debo de haberme equivocado. ¡Ataque! ¡Media pirueta! ¡Retrocede! ¡Y otra vez! Su alteza, ¿dónde está la parada? ¿Cuántas veces tengo que repetirlo? Después del retroceso siempre hay que efectuar una parada, la extensión de la hoja para cubrir la cabeza y el cuello! ¡Siempre!

—¿Incluso cuando sólo lucho con un oponente?

—Nunca sabes con qué luchas. Nunca sabes qué hay por detrás de ti. Tienes que cubrirte siempre. ¡El trabajo de la espada o lanza y los pies! Tiene que ser un reflejo. Un reflejo, ¿comprendes? No sé te está permitido olvidarlo. Lo olvidas en una lucha de verdad y se acabó. ¡Otra vez! ¡Así! ¡Justo así! ¿Ves qué bien la deja colocada esa parada? Ahora puedes realizar el golpe que quieras. Puede dar un tajo hacia atrás, si fuera necesario. Vamos, muéstrame una pirueta y golpe hacia atrás.

¹Reyes del Norte•GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora