₄₅Mucho más

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Nos volveremos a encontrar

Muchos habían estado gritándose unos a otros durante la última media hora, el tiempo suficiente para que un escalofrío se asiente en el aire del día y para que un sanador que nunca habia conocido le cosa ambos lados de la mano

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Muchos habían estado gritándose unos a otros durante la última media hora, el tiempo suficiente para que un escalofrío se asiente en el aire del día y para que un sanador que nunca habia conocido le cosa ambos lados de la mano.

Para su suerte, el muchacho con el que había estado entrenando, solo cortó principalmente el músculo pero no lo cortó del todo. Desafortunadamente para ella, Yennefer la había estado vigilando de muy cerca, pero sin atreverse a curarla con algún hechizo o sortilegio.

—¿Ahora entiendes lo que es ver una herida de verdad? —le habia dicho la hechicera— ¿Ahora entiendes el precio que hay que pagar para volver a estar completamente bien? Feúcha, sé que tu orgullo te hace hacer cosas arriesgadas, pero debes entender que para todo y todos hay un punto de quiebre, donde el cuerpo no puede seguir, todos tenemos nuestros límites y espero que ahora y si dejaras de ser tan egoísta con tu cuerpo, quizás no tendrías tantas ganas de odiar a todos.

Pero, hay algo que tú no entiendes Yennefer: el riesgo a veces es valioso, vale mucho más de lo que crees, sin él, no tendríamos bastantes cosas, mi odio por ejemplo: no es hacia los demás sino que sería egoísmo si presento eso ante un momento que se requiera de mi cuerpo. Dos, ¿ahora entiendo lo que es tener una herida de verdad, y su precio? Completamente...pero, ¿las heridas son completamente superficiales? No, a veces.....las heridas a veces no son las que se muestran, Yennefer. Sino las que también están a diario carcomiendo una fragmento de tu alma. ¿Acaso eso sería una herida también o son simplemente cicatrices? 

—¿Cómo te sientes? —preguntó su amiga, Ygritte. Mientras el sanador atendía su mano. Kryo podía observar alrededor de un millón de otras preguntas en sus ojos de acero, cortantes, pero se las guardaba para sí misma.

—Duele como el infierno.

—Estarás enfocada en fortalecer tu agarre en los próximos meses, siempre y cuando no tengas problemas para montar o desmontar —dijo el sanador.— lo cual, después de lo que vi, no creo que lo hagas —dos líneas se profundizan entre su frente— O puedo tratar de convencer a la..

—No —Kryo negó con la cabeza— Lo haré sola.

—¿Estás segura?

Obviamente no lo estoy. Todos los ojos en este valle están sobre mi. No puedo darme el lujo de arrastrarme hacia Yennefer para pedirle que me cure.

—Si —respondió con falsa seguridad.

El sanador frunció el ceño pero finalmente asintió al tiempo que Kryo cruzaba el umbral de la entrada.

—La ví trepar esa cosa. —bramó la fuerte voz del Matagigantes—La vi cabalgar esa cosa —rugió aún más fuerte, con el clamor de varios hombres más de coro.

Kryo observó todo el grupo de exploración fuera de la tienda.  Luego se volvió hacia Tormund, que estaba flanqueado por sus dos hijos, Toregg y Dormund.

¹Reyes del Norte•GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora