How does it feel to be one of the beautiful people?

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Baby You're a Rich Man - The Beatles

Y me niego rotundamente a aceptar oírte decir que tienes las alas rotas.

Tal vez heridas. Tal vez oxidadas.

Pero no rotas.

Tú no, solo hay que mirarte.

Y si no sabes mirarte, déjame que te mire yo.

J. F. Torres

Nos mantuvimos en llamada incluso pasadas las doce.

Era un nuevo día que empezaba con Hope.

Y la verdad es que poco a poco empezaba a reconocer a Hope; aunque estuviésemos en llamada y no en videollamada, yo solía imaginarme qué es lo que hacía desde su habitación mientras hablaba conmigo; qué muecas articulaba, cuándo sonreía por algo que yo decía... Pero lo cierto es que aún no estaba preparada para que me viese no quería decepcionarlo—, pero me gustaba pensar que nos estábamos conociendo de la mejor manera; sin que nuestro físico fuese importante por mucho que yo sí conociese el suyo.

Pero lo real de mi amor hacia él cuando estuve segura de que me había enamorado era justamente aquello; siempre quise su voz, sus palabras, no la manera en la que era por fuera.

En ese momento estábamos hablando sobre la chica que andaba detrás de Hope:

—¿Pero nunca le has dicho abiertamente pero con educación que no quieres nada?

—Hombre —exclamó y procedió a explicármelo—: Es que según ella no está por mí, entonces sería un poco raro decirle a una persona que no está por mí que no busco nada.

—Déjalo caer sino —sugerí.

—No sé, es que tampoco nos hablábamos... Mira —dijo de pronto.

Me mandó una foto de una de las conversaciones que mantuvo con ella, y fue de esas que nadie desearía tener con nadie por lo incómodas que parecían, pero en lo que me fijé fue en un pequeño detalle:

—A todo el mundo le respondes al segundo. —Reí con suavidad—. Es que siempre tienes el móvil metido en el culo..., vale, no..., bueno, sí.



—El verdugo robándole a la reina —bufé—, qué vergüenza. Haré que te corten la cabeza.

Just like Marie-Antoniette —canturreó entonces, esquivando mi amenaza.

She'ss a killeeer queeeen —seguí.

—Entendiste la referencia. —Sonrió con orgullo—. No esperaba menos.

—¿Entonces de qué te sorprendes?

—Cállate, maldita, es una forma de hablar.

Le chisté:

—Que soy tu reina; a mí me respetas.

—A ver, convénceme —empezó diciendo—. Si tanto quieres ser mi reina, ¿qué beneficios me trae?

—Ummh... ¿tú cuáles crees que son?

—No sé. —Y entonces, os prometo que sus ojos me vieron sin estar en la misma sala, con una pizca de atrevimiento en su mirada—. Como mínimo quedar, ¿no?

—Ah, pero eso ya se veía venir.

—¿Y qué más beneficios me trae?

—Que seguro que te haría regalos solo por el simple hecho de cogerle cariño rápido a la gente.

Till There Was You: Every Now and Then (Spanish Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora