Home is wherever I'm with you

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Home - Edith Whiskers 

No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás solo, ¡porque yo te quiero!

Mario Benedetti

00:04

—En persona, eres mejor que el DiCaprio de joven —declaré.

—Nah, ni tanto.

«Y luego me dice negativa a mí».

—Es mi opinión, Darling —le contesté—. No puedes cambiarla.

No quería que Hope pensase que tenía limitaciones.

Porque a mí siempre me gustó por cómo me trataba, y eso había hecho que adorase lo que había por fuera, la parte menos importante de él y por la que desgraciada y seguramente, la gente debía de guiarse nada más verlo.

—Darling —empezó diciendo—, DiCaprio tenía ojos azules, cuadraditos, mandíbula marcada...

Y como no quería que pensase que ese actor era mejor solo por eso, fui respondiendo a todo lo que había dicho:

—Y tú tienes unos ojos muy bonitos... —Me aclaré la garganta—. El otro día quería quedarme mirándolos, pero no quería que te pensaras otras cosas.

—¿Y por qué no lo hiciste? —Frunció el ceño—. ¿Como qué?

«Habría sido más difícil teniendo en cuenta que ya he deseado besarte».

Pero no se lo dije.

En vez de eso, dejé el tema en el aire para retomarlo poco después —teníamos toda la noche—, y seguí respondiendo a lo que él había enumerado:

—Tu color de pelo es muy bonito, Darling, y si quieres dejarte el pelo largo para parecerte a él, adelante con todo.

Pero por su parte, Hope emitió un ruido que se pareció a un «naa'» mal pronunciado y estirado, y se limitó a decir:

—Castaño.

—A mí me gusta. —Y sobre lo que había dicho de que el actor tenía el abdomen marcado—: Eso si vas al gimnasio, Darling. Tú también tienes la mandíbula muy marcada; de lado se te nota más.

—Pero no tanto.

—A mí me parece que sí.

Y como él dio por concluida la conversación —supuse que no le gustaría que toda la atención se centrase en algo en lo que no tenía el control absoluto por la falta de tiempo—, yo contesté a su pregunta de por qué no había querido detenerme a admirar sus ojos:

—Por si pensabas que quería besarte o que estaba loca. —Puede que fuese las dos, pero era más por la primera razón.

—¿Y qué hay de malo?

Hizo una mueca. Sé que lo hizo a kilómetros de mí.

—¿Me dejarías hacerlo el viernes? —Me aventuré a saber.

—Por supuesto. —Me mandó un corazón y unos brillitos por nuestro chat, pero enseguida volvió a hablar por el altavoz—. Darling, además tengo que confesarte una cosa: me dijo el dentista que me tienen que poner brackets. —Un sonidito de decepción.

Till There Was You: Every Now and Then (Spanish Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora