Build us a door and rest here with me

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Lights Are On - Tom Rosenthal

Algunos están dispuestos a cualquier cosa,

menos a vivir aquí y ahora.

John Lennon

Para empezar, le chisté.

Después me quejé:

—Que sepas que me ofendió mucho que borrases «Darling» del dibujo —dije de pronto—. Voy a tomarlo, pero me ofende muchísimo.

—No me gusta mi letra.

—Tampoco tu voz grabada —le recordé.

—Ya, pero tampoco está tan mal.

—Que no está tan mal dice —repetí—, un poco más y me excito... Digo qué..., nono, eso no.

—Sí, sí, lo has dicho —se apresuró a decir.

—Qué va..., no lo voy a retirar para que sigas sonriendo. —Entonces las comisuras de mis labios también se alzaron—. Pero bueno, si ya sabes que soy una cachonda.

—Y que lo estás.

—Veinticuatro siete, los 365 días del año.

—Así es. —Y en contra de lo que esperaba, añadió—: Me voy a seguir tapando la boca cuando me ría, es que ya es manía.

La última vez que nos habíamos visto, había descubierto que cubría sus labios cuando se carcajeaba.

Recuerdo que me lo confesó mientras estábamos donde las macetas.

—¿Cuándo estás a solas también lo haces?

—Es que ya es manía —repitió—. Pero no, cuando estoy solo no me tapo.

—No, Darling, si eres muy atractivo sonriendo. —Y para recalcarlo aún más, dije—: No he usado la otra palabra.

—No.

Yo creía que eras hermoso riéndote, Darling, cuando el pecho se te llenaba de euforia y tenías que soltar carcajadas para liberarte.

Y lo malo es que sé que, aunque te hubiese dicho que eras precioso riéndote, tú no habrías apartado la mano porque ya era una manía que me habría costado mucho tiempo quitarte.

Pero nosotros dos no estuvimos al lado del otro tanto tiempo como para que eso sucediese.

—No concuerdo —contesté, y me acordé de un detalle—: Darling, ¿qué era lo que me tenías que preguntar?

—Ah, sí —parecía nervioso—, bueno, no te ofendas... —Me esperé lo peor, pero lo que no me esperé fue que dijese—: Que hasta los 18 no quieres que nos acostemos, pero si podemos hacer otras cosas, ¿no?

—Claro, ¿te pensabas que no?

—No sabía, por eso he preguntado.

—¿Pero qué cosas se te ocurren?

—Las que a ti te apetezcan —murmuró—, como ya te he dicho, estoy bien salidito.

—Darling, que tienes que disfrutar tú también, sino te acabarás quemando —respondí preocupada sobre la primera parte que él había dicho.

—Ok —contestó, pero en vez de sugerir nada de lo que estábamos hablando, su lado comediante salió a flote—: Quiero metértela por la oreja.

Sonrió dejando claro que le gustaba sacarme de quicio.

—Y luego por la fosa nasal —añadió cuando yo solo pude reprimir la risa.

—Pero bueno —volví a intervenir yo—, sí que tienes ganas de hacerlo... ¿Vas a esperarte hasta el año que viene? —Asintió con la cabeza—. En unos meses, en tu cumpleaños, te susurraré que solo queda un año.

Till There Was You: Every Now and Then (Spanish Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora