CAPITULO 67: PRIMERA MISION
Adrián entendió que, si algún día obtuviera alguna gracia, estaría en esta lista de clasificación, incluso cuando la miro más detalladamente, pudo ver que estaba el nombre del hermano Tunchi, quien ocupaba el puesto 27, con un numero de 350 gracias conseguidas.
No era un numero pequeño, pero para el primer lugar aún estaba lejos, todos lo hacían por los puntos, otros para conseguir gracia, y algunos por las recompensas aleatorias.
Era difícil saber si algún día alguien conseguiría saber si existía tal legado del que se hablaba.
Adrián empezó a buscar una estatua, el método para entrar era fácil, simplemente debía tocar la cabeza de uno e inyectar su sentido divino en él, al momento de hacerlo, seria introducido a un mundo diferente.
Adrián sabía que las estatuas de hierro eran la mejor para empezar, por lo cual no dudo mucho y encontró una, no había una clasificación para saber cuan peligroso seria la misión, lo único que sabían es que mientras la estatua estuviera más cerca de la estatua de color negro, más difícil y complicada seria la misión.
Era algo estándar que fue creado después de cientos de años de experimentación.
Cuando se acercó a una estatua lejana, de pronto el suelo se sacudió y una sombra se movió a una velocidad impresionante, apareciendo atrás de Adrián, lo cual lo puso inmediatamente en guardia, lanzo un golpe rápidamente, el cual fue detenido por una mano.
El suelo se estremeció cuando ambos chocaron, provocando que todos regresaron a mirarlo.
"Hey, hey, puedes lastimar a alguien así sabes" – Su golpe fue detenido fácilmente. El que apareció fue el hermano Tunchi el cual tenía una sonrisa en su rostro, y quien parecía un gigante con un cuerpo escultural.
Adrián retiro su puño, esta vez sintió como si le hubiera lanzado un golpe a una placa de metal, podía notar que había un cambio sustancial en el hermano Tunchi, incluso su aura era más fuerte que antes.
Sin embargo, no noto ningún tipo de hostilidad.
"¿Desea algo el hermano mayor Tunchi?" – Pregunto Adrián, como era un mayor de la Iglesia tenía que ser respetuoso.
El hermano Tunchi asintió.
"Ese puñetazo no está mal, pero si realmente quieres probar tu fuerza debes entrar en las estatuas de hierro por debajo del número 950, si no solo será una pérdida de tiempo" – Dijo el Hermano Tunchi.
Sus palabras parecían muy ostentosas, pero no parecían contener ningún capricho, simplemente parecía estar dando un consejo.
Adrián entendía el mensaje, la estatua que iba a elegir era una que estaba por encima del número 980, no parecía que hubiera una clasificación general para las estatuas aparte de la que ya conocía, pero si el hermano Tunchi lo decía, entonces debía ser por algo.
"¿Existe alguna clasificación?" – Fue una pregunta que quería hacer, conocer un poco más de las estatuas, después de todo su conocimiento seguía siendo superficial.
El hermano Tunchi señalo su dedo hacia las cien estatuas del último.
"Desde la primera estatua hasta la centésima está prohibido su entrada a menos de que desees morir, o seas alguien con un cultivo tan alto como el cielo mismo, después de la centésima estatua hasta la última puedes entrar a cualquiera, solo que mientras más cerca este la estatua de la primera, más difícil será el desafío, todos se adaptan a tu nivel de cultivo, pero mientras más bajo estes, mejores serán los beneficios, o si eres alguien que busca el legado puedes comenzar el camino que todos eligieron, un camino que llevo a esos tontos a la nada, yo conseguí mis gracias solo por casualidad" – Después de decir tales palabras, el hermano Tunchi le dio unas palmadas en la espalda a Adrián, antes de apartase y despedirse.
ESTÁS LEYENDO
UN ETERNO FINAL
SpiritüelUn final para el moribundo, un final para los reyes, un final para los soberanos, un final para los humanos, un final para la paz. Todo siempre tiene un fin. Solo el tiempo puede preservar, en todo lo que existe y en todo lo que será. El cambio no i...