CAPITULO 124: ESTABLECIMIENTO....

9 1 1
                                    


CAPITULO 124: ESTABLECIMIENTO....

En alguna ciudad del Norte.

En una cantina de mala muerte.

Un joven estaba sentado bebiendo una jarra de buena cerveza.

A su alrededor, había gente que se divertía, camareras que servían comida, y sirvientes que coloreaban el lugar.

Este ser era alguien con una capucha negra como la propia oscuridad. Nadie lo hablaba ni tampoco nadie se lo acercaba, era como si no estuviera en ese lugar, como si no existiera.

Simplemente estaba sentado en ese lugar, frente al cantinero quien limpiaba lentamente un vaso de cristal fino con sumo cuidado.

Mientras tomaba una jarra buena de cerveza, mientras la jarra se acercaba a su boca, el líquido cambio de marrón a rojo, y la jarra de madera se convirtió en un cráneo. Y la mirada de este misterioso ser se hizo aguda.

El cantinero no temió a esta mirada, ni tampoco se asustó, simplemente siguió limpiando el vaso de cristal como si fuera una joya.

"¡El buen señor quiere otra jarra de cerveza!" – Pregunto el cantinero amablemente, parecía que él era el único que podía verlo.

El encapuchado miro a este cantinero, y no dijo nada al respecto, simplemente tomo otro sorbo.

"¿Quiero información?" – Hablo el encapuchado, su voz era siniestra, salida de un inframundo propio.

El cantinero no se sorprendió de tal pregunto.

"¿Información? Hay mucha información, si quieres saber algo, no crees que debes ser más específico" – El cantinero frunció un poco los ceños, dejo al lado el vaso que tenía en la mano, antes de empezar a limpiar otro.

La cabeza del encapuchado se llenó de venas negras mientras trataba de aguantar su coraje, a la vez que no podía hacer nada, si intentaba algo, sabía que estaría muerto, a la vez que sabia, que este camarero tenía la información que buscaba.

"¿Qué es lo que quieres por esa información?" – Hablo nuevamente el encapuchado, no tenía mucho tiempo, a la vez que por alguna razón empezó a sentir escalofríos.

Atrás suyo las personas empezaron a cantar mucho más rápido, a la vez que la comida que se servía empezaba a pudrirse rápidamente, toda esta gente parecía no importar que sucedía a su alrededor y simplemente comía todo lo que tenía al frente.

Hubo una persona en particular que no recibió su porción de comida, por lo cual empezó a devorar su propio brazo de forma que la sangre salpicaba, nadie parecía decir nada al respecto.

El cantinero solo ordeno limpiar el piso lleno de sangre.

Cuando escucho esta pregunta, se quedó un poco pensativo. Pero al final miro su vaso de cristal, solo tenía dos, y les gustaba limpiarlos, a la vez que los trataba como gemas preciosas.

Por lo cual, cuando se acomodó los lentes, toda el aura de esta cantina cambio repentinamente, todas las personas explotaron lanzando vísceras y sesos al piso, la música alegre se transformó en una melodía surrealista, todo empezó a cambiar, solo el cantinero permaneció sin ser imperturbable.

El encapuchado bajo su capucha, sostenía una ficha con todas sus fuerzas.

El cantinero observo esta acción y solo sonrió.

"Una ficha tan preciada, no debes ser alguien normal para que un antepasado de tu raza Demoniaca te diera tal trato, pero..." – Cuando menciono estas palabras, toda la cantina se transformó en una tormenta que fue arrastrada hasta el cielo mismo. El suelo había desaparecido y solo quedaba el vacío mismo.

Cuando el encapuchado miro hacia arriba, pudo observar que un ojo lo estaba viendo.

Cuando supo que estaba en peligro, levanto su mano, pero no saco la ficha. Saco una uña.

Cuando esta uña apareció, incluso el cantinero retrocedió, el ojo en el cielo se puso rojo y la cantina volvió a reformarse en un instante como si nada hubiera pasado.

Todo volvió a la normalidad de un momento a otro, incluso la música y la gente alegre.

El cantinero frunció los ceños con incomodidad al ver tal uña.

"No quiero problemas, ni tampoco espero que tú los tengas, solo vino para hacer un trato" – El joven demonio devolvió la uña a su anillo de almacenamiento.

El cantinero miro el vaso de vidrio que tenía en su mano con un poco de incomodidad.

"Esa uña..." – Las manos del cantinero temblaron cuando una pequeña parte del aura de esa uña se mostró en este lugar. No era para nada normal, ni tampoco algo que debía existir..." bien, consígueme otro vaso de cristal y tendremos un trato" – El cantinero sabio que no podía poner las cosas a su favor, por lo cual decidió proponer rápidamente un trato.

"¿Qué clase de vaso?" – El joven demonio sabía que estos vasos de cristal no eran normales, después de todo no estaban hechos de vidrio, si no de carne. Y al cantinero les gustaba limpiarlos de vez en cuando.

"Hace tiempo encontré a un muchacho en estas tierras que atrajeron mi atención, está lleno de un aura que desconozco, y realmente no lo entiendo, cada vez que trato de investigar mis instintos tiemblan como si dijeran que dejara de investigar, incluso cuando trate de usar todo mi poder, esa aura parecía escurridiza, deplorable, ingeniosa, penosa, realmente es algo que quiero investigar" – Dijo el cantinero con una mirada de absoluta excitación, cuando nombro cada detalle de esa aura. Luego dio un par de golpes con sus manos.

Provocando que un joven apareciera al lado de este joven demoniaco encapuchado.

El joven que apareció, era alguien entrando a una edad por los 20 años, su porte no era para nada diferente que un humano mortal, llevaba un collar de esclavo en su garganta.

Mientras estaba en ese lugar, miro con odio al cantinero mientras apretaba los dientes, y trataba de escapar de su control.

"Es fascinante no crees, incluso cuando es un solo mortal, hay un aura a su alrededor que no me deja poseerlo por completo" – El cantinero movió su mano hacia el rostro de este joven, pero al instante una capa purpura apareció y lo repelió provocando que su brazo se hicieron polvo en un instante.

Sin embargo, al otro instante, ese brazo volvió a regenerarse.

"Es solo por esa capa que lo protege que no lo puedo manipular, antes de que pudiera atraparlo viajaba con dos ancianos, él se entrometió en el último instante, lástima que no logre capturarlos, sin embargo, esos ancianos no me interesan en este momento, ahora solo quiero que encuentres para mí la fuente de esta aura, y yo te daré lo que quieres" – Dijo el cantinero moviendo las manos, y haciendo aparecer un cristal, el cual logro absorber solo un poco el aura de este joven, aunque se llenó de trizas el cristal pudo soportarlo.

El joven encapuchado no lo pensó mucho y recogió el cristal y lo guardo en su anillo. Aunque fuera peligroso tenía que hacerlo, solo de esa forma podría lograr su objetivo.

"¿Qué debo hacer?" – Pregunto fríamente el encapuchado.

"Cree este cristal con mi propia sangre, no se cuanto pueda aguantar, pero cuando esa aura aparezca te dirigirá hacia él, cuando lo haga simplemente debes lanzar este cristal y se activara un método de teletransportación especial que impuse"

Hablo el cantinero mientras, el cuerpo del joven encapuchado empezó a desaparecer, su tiempo había terminado. Por lo cual tenía que irse inmediatamente, si se quedaba un minuto más seria transformado como los demás en esta cantina.

El joven humano, miro con ojos rojos como parte de esa aura que lo protegía estaba desapareciendo, había escuchado la conversación entre el encapuchado y el cantinero.

En todo este tiempo no se lamentaba de sus acciones, pero nunca pensó que este cantinero intentaría buscar a la persona que lo estaba protegiendo, este joven humano sabía quién era esa persona.

"......hermano...menor Adrián" – Dijo el joven humano, intentaba con todas sus fuerzas escapar, pero no podía, en su arrugada ropa, estaba un nombre que se había olvidado con el tiempo.

- JOVEN MA –

Era un nombre que el mismo había tejido.  

UN ETERNO FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora