CAPITULO 130: RAZA SUNSEAT

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CAPITULO 130: RAZA SUNSEAT

Adrián camino nuevamente por la noche oscura de la Quinta Iglesia.

Todo parecía lo mismo. Aunque podría dar un paso y desaparecer. Solo quiso caminar. Las noches parecían un poco animadas tal como lo recordaba.

Solo que ahora que tenía un nombre.

Nadie lo quería regresar a mirar.

Era un paisaje diferente a como cuando no era reconocido por nadie.

Donde miraba los discípulos le regresaban una mirada de respeto y admiración.

Miro por aquel callejón donde encontró a una mujer cautivadora.

"El hermano mayor Adrián, desea acompañarme esta noche" – Seguía en el mismo lugar, con sus ropas apegadas a su hermoso cuerpo, la luz de la luna la hacía ver especial. A la vez que su escote apretado marcaba áreas que los chicos mirarían con pasión.

Adrián no sabía que significaba tal palabra, simplemente negó con la cabeza y siguió caminando.

"Oh, que lastima" – Dijo tal mujer cautivadora antes de seguir esperando en el callejón.

Adrián aun no conocía toda la Santa Iglesia de Motzu, aunque había pasado aquí por poco tiempo, parecía que este lugar era gigantesco.

Cuando regresaba a recordar el pasado, solo podía ver su pequeña ciudad siendo destruida por el rostro demoniaco.

A la vez que también recordó al abuelo y a la abuela, al igual que el Joven Ma.

Adrián se preguntaba si estaban bien, quería tomarse un descanso luego de esta guerra y buscarlos.

También quería buscar una oportunidad para seguir adentrándose en el mundo de las estatuas.

Quería hacer muchas cosas.

Sin embargo, ahora solo caminaba sin rumbo fijo. Observando nuevamente la vida nocturna.

Dio varias vueltas y observo un lugar en donde frecuentaba comer.

Era el restaurante del hermano Tunchi.

"¿Por qué esta aun cerrado?" – Se pregunto Adrián, mientras miraba el cartel que Carla había colocado en la puerta.

º VOLVEREMOS PRONTO PARA COBRAR NUESTRO DINERO. ATTE: TUNCHI Y CARLA

"¿Fueron algún lugar? No recuerdo que ambos fueran muy apegados" – Se dijo Adrián para sí mismo.

Suspiro con un poco de tristeza, según los mensajes que le había mandado el hermano Tunchi, él lo había estado buscándolo para probar su fuerza.

Después de pasar por el restaurante.

Adrián decidió ir a la casa de su hermana menor.

Sin embargo, una multitud se reunió frente a una plaza.

Era una multitud de discípulos ordinarios, del cuarto al sexto nivel de la condensación del Qi.

Había muy pocos que se encontraban dentro del octavo y del noveno nivel.

Adrián observo a estas personas antes de acercarse y observar la plaza.

Pronto escucho algunos comentarios.

"Oíste la raza Sunseat se quedará en nuestra Iglesia por algunos días"

"No estábamos en una lucha constante con ellos por el dominio completo de algunos archipiélagos"

UN ETERNO FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora