CAPITULO 72: UNA NOCHE MUY FRIA.

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CAPITULO 72: UNA NOCHE MUY FRIA.

El cielo era oscuro, había muchas frías intenciones, algunos caminaban borrachos, otros disfrutaban la vida en esta ciudad.

Algunos miraban desde la oscuridad, algunos gritos sonaron y la sangre salpicaba.

En un callejón dos cuerpos aparecieron, mientras solo uno salía con vida.

La noche en la Santa Iglesia de Motzu era brutal, Adrián pudo verla de primera mano, hubo muchos que se peleaban por los recursos de cultivo del otro, incluso algunos le lanzaron miradas a Adrián, sin embargo, su nombre y apariencia había pasado por muchos lugares.

Por lo cual, al verlo, pasaron de largo.

Muchos eran discípulos de bajo del tercer nivel de la condensación del Qi.

Algunos eran como Adrián, del cuarto o quinto nivel.

También había discípulas. Las cuales esperaban en una esquina, su poco ropa y mirada seductora ponía en aprietos a muchos discípulos varones.

Incluso hubo algunos que estaba siendo absorbidos por las sustancias anómalas, estaban tirados al fondo del callejón, sentados esperando su muerte. No tenían nada de valor por lo cual simplemente se tiraron con una botella en mano.

Incluso esta ciudad de una secta poderosa, podía verse tenebrosa por las noches.

Algunas discípulas que redondeaban el séptimo nivel u octavo nivel, tenían a varios discípulos con collares en su cuello, los cuales las seguían como perros.

Esta era la naturaleza humana en su máxima expresión. Mientras uno se vuelva poderoso, podía hacer lo que quisiera, y la Santa Iglesia de Motzu tampoco detenía este comportamiento, porque sabían que solo de esta manera, los discípulos se volverían más feroces, más astutos, y a la vez mas perspicaces.

Adrián podía entender este comportamiento, porque él también lo había visto de primera mano.

Siempre se preguntaba si el abuelo y la abuela, incluso si el hermano Ma, estaban bien, decidió irlos a visitar cuando pudiera resolver los asuntos que estaban envolviendo a su hermana menor.

Sin embargo, en esta fría noche. El viento de pronto soplo un poco más fuerte.

El sonido de una espada desenvainándose sonó como el metal cortado.

De pronto un aura sin precedentes se mostró, y no fue solo una, fueron tres.

El aura de una espada, el aura de un hacha, y el aura de un escudo resonó en el ambiente.

Mientras sonaba como este se derrumbaba.

De pronto la proyección de una espada de Qi apareció en el aire, cayendo de inmediato hacia Adrián, cortando incluso el mismo viento.

Adrián lo vio, y golpeo hacia el cielo.

Este ataque era de alguien en el noveno nivel de la condensación del Qi.

Su golpe choco contra la espada haciéndolo explotar, un sonido de incredibilidad sonó en la oscuridad.

"Tch"

Fue lo que se escuchó, al momento de ver a la oscuridad, gracias a la mascara del diablo celestial, la noche estaba tan clara como el día.

Por lo cual, lanzo otro puño al aire hacia esa dirección.

Cuando el escudo vio esto, se lanzó contra ese ataque tratando de proteger a su compañero.

Pero el escudo del cual tanto confiaba se derrumbó, provocando que el puño lo golpeara en el pecho, hundiéndolo y destrozando todo su pecho.

El tipo voto una gran cantidad de sangre, pero no murió, inmediatamente escapo, al igual que el que lanzo la ráfaga de espada, el tipo con el hacha también desapareció.

Adrián podía perseguirlos, pero no lo hizo, él no tenía técnicas de ocultación, y sería muy difícil esconderse, al ver las armas que tenían en sus manos.

Supo que venían desde un lugar específico.

"La sexta iglesia"

Dijo Adrián, mirando a la sexta montaña, tenían el aura de la forja en sus cuerpos, era algo que no podían esconder a Adrián, y tampoco sus ganas de matar.

Adrián sabia que esto debía ser acto del primer discípulo de la sexta iglesia.

Sabia que toda la Santa Iglesia de Motzu había escuchado de su nombre, por lo cual no debió faltar quienes investigaron sus orígenes.

Adrián dio un paso desapareciendo en el aire, por el momento no podía ser imprudente, tenia muchas ganas de acabar con este primer discípulo, pero sabia que le faltaba fuerza. Por lo cual decidió que debía darle un regalo.

Su velocidad era sorprendente, no persiguió a los tres que se escaparon por diferentes lugares.

Pero su velocidad no era ningún juego, por lo cual cuando miro al tipo de la espada. Lanzo un golpe hacia él, sin que pudiera darse cuenta su pecho exploto, apareció en otro lugar, el tipo del martillo también sintió algo raro, por lo cual desato toda su fuerza, antes de poder sentir como una montaña le caía encima aplastándolo hasta la muerte.

Al único que no persiguió fue al tipo del escudo, ese era su regalo, un subordinado medio muerto.

Después desapareció del lugar.

UN ETERNO FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora