CAPITULO 119: TONTOS

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CAPITULO 119: TONTOS

Adrián y el primer discípulo se pusieron de pie usando mucha fuerza.

Sus manos temblaban, aunque al primer discípulo le faltaba un brazo.

Ambos votaron una vez una bocanada de sangre al piso. La sangre que cayo era negra coma la oscuridad de la noche. 

Pero ambos se miraron aun con ferocidad, ninguno de los dos quería darse por vencido. 

"¡Ahh!" – Gritaron antes de lanzarse golpe tras golpe.

Esta vez solo estaban usando la fuerza de su cuerpo.

Adrián lanzo un golpe hacia el rostro del primer discípulo acertándolo, el primer discípulo lanzo una patada hacia su estómago, haciendo que diera un paso hacia atrás.

Cada paso que retrocedían lo hicieron tambaleándose, incluso sacudiéndose, y caían al suelo con una expresión de mucho dolor.

Habían usado demasiada energía, por lo cual solo podían usar sus puños.

"¡Ahh!"

"¡Ahh!"

Ambos gritaron mientras se ponían de pie y corrieron, acercándose ocupando solo la fuerza de sus brazos.

El primer discípulo quería matar a Adrián, solo así podría librarse, mientras que Adrián quería que el primer discípulo desapareciera.

Ambos compartían el mismo pensamiento.

Misa, junto a los demás estaban detrás de Adrián.

Querían detener esta lucha, sin embargo, el aura de Pilar Izquierdo les impedía moverse.

Pilar izquierdo no permitiría que ninguno diera un paso adelante, su mirada era seria y destructiva.

Sin embargo, cuando Adrián y el Primer Discípulo se levantaron nuevamente, y empezaron a jadear intensamente, mientras salía sangre de su nariz, o de su boca.

En ese momento una voz solemne se escuchó en este espacio.

"¡Ya basta par de tontos!" – Fueron unas simples palabras, las cuales parecían estar cargadas con una fuerza absoluta, lo que hizo que ambos cayeran al suelo aplastados por el peso de tales palabras.

"¡AGH!"

"¡Tchh!"

Adrián y el Primer Discípulo se hundieron en el piso de esta bahía, solo con la fuerza de estas palabras.

Pilar Izquierdo inmediatamente tomo otra postura, y se arrodillo inmediatamente, Misa y los demás lo hicieron también.

Bai Guoer fue la única que no lo hizo, en cambio observo al anciano que llegaba junto con las dos chicas.

"¡Son ustedes!" – Dijo Bai Guoer felizmente mientras saludaba a las hermanas Sita.

Bai Guoer no reconoció al anciano que acompañaba a las gemelas, ella se acerco felizmente al verlas nuevamente.

Mientras que el Patriarca simplemente suspiro moviendo la cabeza en negación al ver a los dos discípulos hundidos en el piso.

"Saludamos al patriarca de la Santa Iglesia de Motzu" – Hablo Pilar Izquierdo, el podría faltarles el respeto a todos los discípulos de la santa iglesia de Motzu, pero jamás lo haría contra el patriarca. Era alguien a quien veneraba con su corazón, incluso mucho mas que al primer discípulo.

Misa también suspiro de alivio al ver al patriarca llegar, lo saludo respetuosamente, al igual que todos, su figura en este lugar hizo que el ambiente se sintiera como si estuvieran frente a un ser sagrado.

UN ETERNO FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora