Parte 78: Forjada por el sol

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Levia no siempre fue la mujer llena de confianza que es hoy en día. Cuando era una estudiante a menudo se la veía exigiéndose mucho en sus estudios.

Le gustaba leer, pero no era una gran estudiante.

Su máxima aspiración ser una soldado. Porque era un trabajo sencillo, desde luego, y a través del cual poder servir a su gente.

"Sin duda alguna deberíamos desarmar el ejército..."

"Con tener un par de guardias o defensores entrenados debería..."

"Creo que ese pensamiento es erróneo"

Ambos dirigentes se voltearon para ver a una joven con un libro en mano. Era la hija de uno de ellos, Levia. 

"¿Qué haces despierta a estas horas? Hija"

"Tenía problemas de insomnio, padre, y no está mal recurrir a la lectura"

"Ojalá estudiases con el mismo impetú"

"Saco muy buenas notas"

"Pero te cuesta mucho concentrarte..."

"¿Por qué crees eso? Joven" - preguntó el acompañante de su padre - "¿Por qué no deberíamos desmantelar el ejército?"

"Pensáis que no hay amenazas ahí fuera, pero nosotros solo somos una estrella entre el cosmos"

"Explícate..."

"¿Olvidáis acaso la invasión de los noxianos a Jonia?"

"........"

"Las naciones se enfrentan entre ellos desde que el aspecto del crepúsculo intervino en la caída de los ascendidos corrompidos"

"¿Insinúas que seremos atacados en algún momento?"

"Targon tiene a seres tan terribles como los dragones... pero hay otras amenazas que desconocemos..."

"........"

"¿Qué hay de los ascendidos? ¿Y si alguno se vuelve loco? ¿La niebla negra? ¿Noxus? ¿Los seres del Mar Lavanda?"

Levía defendía fervientemente su posición de establecer una fuerza defensiva contra las amenazas que ellos querían evitar mirar.

Y sí, era inusual que una adolescente se pasara una noche entera debatiendo. 

"Levia..."

"¿Qué ocurre? Padre"

Habían pasado cuatro años desde aquella noche, tiempo en el que terminó sus estudios básicos. Ya era una joven de cierta edad.

Dedicó mucho tiempo a colaborar en ciertos deberes de los sacerdotes en lo que entrenaba para su objetivo.

Y en todo ese tiempo siempre encontraba a un sacerdote o sacerdotisa que consultara con ella algún que otro asunto.

"Per... ¿pertenecer al círculo interno?"

"Sí, el resto del círculo está interesado en que formes parte de ellos"

"Pero... ¿por qué?"

"Porque supones algo de aire fresco"

"¿Aire fresco?"

Ella no lo entendía del todo a qué se refería. Ya no tenía veinte años, no era una adolescente. ¿Qué novedad podía traerles ella?

"Creo que te valoras poco, Levia..."

"........"

"Ellos han estado décadas y décadas con una mentalidad que era la misma que sus predecesores tenían..."

"Y si es la que transmiten, ¿no es entonces la misma que yo he adquirido?"

"Ese tipo de cuestiones..."

"........"

"Nunca la han tenido, ¿lo sabías?"

"Si acuden tanto a ti es porque planteas cuestiones... tienes una agresividad con tus ideales, los defiendes a fuego..."

"........"

"Piensa un poco en ello"

En los días posteriores Levia ejerció como profesora suplente de filosofía, ya que la encargada estaba enferma. Y ahí fue que la conoció...

Era una adolescente de pelo azulado, tenía ciertas cuestiones contra lo establecido...

"¿Y dices que te dio algo de juego?"

"Supuso un debate interesante... otra chica se le unió, la hija de un herrero... Leona..."

"La conozco, te admira bastante"

"¿Admirarme? ¿Por qué iba a admirarme a mi?"

"Quizás porque te vio discutir con los ancianos sobre atacar a los dragones..."

"........"

"La admiración puede ir de la mano con los héroes o dioses... y a veces simplemente con una voz que inspira..."

Levia inició como una colaboradora del círculo... más tarde se volvió parte de este... y cuando la mayoría de sus compañeros murieron...

Cuando estos fueron asesinados por la hija de la luna Diana...

Su voz fue la elegida para defender a los solari de la amenaza de la luna.

El Eclipse de DianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora