Parte 110: No estarás solo

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Era temprano, y tras dos noches enteras de estar despierto de forma ininterrumpida Cygnus debía de estar descansando en esos momentos.

Pero no podía dormir, y subió a lo alto de su templo para reflexionar.

Observó por un momento el sol. Aquella estrella que tantas veces simbolizó la tragedia para ellos... ¿qué le diferenciaba de la luna?

"¡Cygnus!"

"¿Mmm? ¿Elysia?"

"¿Qué estás haciendo ahí? Deberías descansar"

"Ahora bajo..."

"........"

"¿Ha ocurrido algo?"

"No, es solo que... Diana aún no ha vuelto..."

"No es la primera vez que sus reuniones con los Emisarios del Mal se alargan y..."

"¿Cygnus?"

"¿Qué es esa cosa?"

En el horizonte podía verse una especie de estela brillante, como si estuviese compuesta de varias estrellas.

Cygnus no podía determinarlo, pero Elysia sí...

"Es energía cósmica, de las estrellas"

"¿Es una nueva amenaza?"

"Podría... pero lo inquietante..."

"¿Qué? ¿Qué ocurre?"

"No, es... una corazonada, pero... quizás habría que ir a ayudar..."

"Entendido"

"Me refería a alguno de nuestros..."

Pero Cygnus no le hizo caso, y marchó corriendo hacia aquel extraño ser.

Cuando llegó encontró a Rahvun enfrentando a una especie de tigre hecho de constelaciones, estrellas y energía cósmica.

Y bien podría haberse marchado...

"Tiene colmillos... no sé mucho más..."

"Eso no me agrada..."

"No ataca a distancia, solo cuerpo a cuerpo..."

"¿Hay algo que pueda dañarle?"

"Todo daño que le hago puede regenerarlo..."

"........"

"........"

"Admito que esto es algo..."

La criatura marchó corriendo contra ambos guerreros, siendo que estos se separaron para poder hacerle decidir.

El tigre se decidió por el último que le dañó: Cygnus.

El solari pensó rápidamente y se le ocurrió una idea un tanto arriesgada.

"¡Entretenlo!" 

"Lo dices como si fuese algo fácil..."

"Grgrrrr..."

"Tremendamente fácil..."

Cygnus concentraba la magia lunar en su cuerpo para potenciar sus habilidades físicas.

El mayor exponente de usarla de manera más directa era a través de su hoja... pero contra un tigre eso no funcionaba...

Y el truco de las dagas tampoco serviría dos veces, por lo que debía dedicarse a esquivarlo.

"¡Porta escudos!"

"Se... señor..."

"¡Inclínate!"

"Di... ¿disculpe?"

"¡He dicho que te inclines! ¡Pon tu escudo mirando al sol!"

"S... ¡sí! ¡señor!"

El soldado hizo lo que le ordenó, sin saber muy bien qué pretendía.

Rahvun dio un salto hacia el escudo, usando el poder solar de este para tomar impulso y saltar por encima de la criatura.

Su lanza del mediodía estaba cargada con magia solar y precisamente la usó para atravesarle de forma brutal.

La lanza se clavó en el suelo, y debido a su magia el monstruo no podía recomponer su vientre.

"Eso... estuvo bien..."

"Creo que me ha dado un tirón en la espalda..."

"........"

"Ya no estoy para hacer estas cosas sin calentar..."

"La criatura..."

"Permanecerá así por... ¿un par de minutos?"

"¿Cómo que un par de minutos?"

"Ya usé mi lanza contra él antes de que llegases"

Y por varios combates que ambos tuvieron, Cygnus era consciente de que él se centraba en el combate cuerpo a cuerpo más que en la magia.

Pero debía de haber alguna solución al respecto...

"Vale... ¿cuál es tu plan?"

"¿Plan?"

"Sí, ¿qué tenías pensado hacer contra la criatura?"

"Golpearla lo suficientemente fuerte como para alejarla..."

"........"

"No me mires así, lunari, me encontré con esto de la nada, no he tenido tiempo de..."

"¡Grrruaaaaah!"

Ninguno de los dos sabía exactamente cómo podían dañarle sin que se regenerara.

La respuesta parecía ser la misma energía cósmica que lao conformaba, pero ellos no tenían acceso a la que necesitaban.

Y ahí fue que a través de un poderoso Torrente Lunar entró en escena la Hija de la Luna.

"Espero no molestar..."

El Eclipse de DianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora