Diana y Veigar se encontraban en pleno territorio lunari, siendo que el Maestro del Mal había ido en busca de un esbirro... el único, si no contamos los súbditos morados...
¿Y cómo llegó allí? Eso es algo que le gustaría saber. Aunque tendría que esperar a que apareciese, pues se estaba tardando mucho.
"¿Dónde está esa maldita maga?"
"Se habrá entretenido hablando con Illi"
"¿Y desde cuándo aceptáis pastores?"
"¿Desde cuándo trabajas con yordles esquizofrénicas que usan espejos?"
"Mira, cada vez estáis más ocupados teniendo vida social, así que pensé en recurrir a la sub contratación..."
"........"
"Una cosa llevó a la otra y al final..."
"Lulu tampoco está muy bien de la cabeza"
"Sí, Morgana también tiene sus manías, Lissandra y tu tampoco os salváis, y Syndra es Syndra... lo sé, me rodeo de mujeres raras..."
"Yo no soy rara"
"No, chica que reza a la luna"
Era evidente que aquel comentario no le había gustado demasiado, viendo rápidamente reflejado en su fría mirada.
En cuanto a Trixie, la Maga de Espejos, se encontraba despidiéndose de Illi.
"Muchísimas gracias por todo"
"¡De nada! ¡Una maga de espejos siempre está dispuesta a ayudar!"
"Es bueno verte no perder el optimismo"
"Oh, cierto, cierto, tengo algo para ti"
"¿Para mi?"
La yordle le dio un pequeño espejo de mano. Era algo antiguo, por lo que seguramente ya lo traía en el momento de llegar a Targon.
"¿Un espejo de mano?"
"Le he echado un conjuro encima, podrás usarlo para hablarme"
"Eso parecía algo muy genial"
"Si necesitas ayuda alguna vez, avísame por ahí"
"Muchas gracias... sé que no es fácil entrar aquí, por lo que no te veré demasiado, Trixie, gracias por tu ayuda..."
"Ya nos encontraremos, ten fe"
Dicho esto, regresó con los dos Emisarios del Mal, dando saltitos como de costumbre.
"Te has tardado"
"Necesitaba ir al baño, jeje"
"¿No habrás plagado este lugar de espejos?"
"Solo un par"
"¿Qué quieres decir exactamente con eso de un par de espejos?"
"Por su seguridad, por su segudirad"
"........"
"¿Quieres que te regale uno?"
Viendo la reacción de Veigar, Diana podía entender que no era algo malo en sí. Y tampoco iba a tratarla mal, pues no se comportó así con ellos...
Tampoco esperaba volver a verla por allí de todos modos.
"No, gracias... pero agradezco el detalle..."
"No le trates con importancia o se le subirá a la cabeza"
"¿Eso no te suele pasar a ti?" - le cuestionó Trixie - "Eh, eh, eh"
"¡No! ¡Y ya cállate!"
"Señoooor mecha coooorta"
"Me cuesta creer un poco que trabajéis juntos correctamente"
"Tu tampoco eres precisamente la señorita alegría" - le dijo el Maestro del Mal - "Y sin embargo eres una Emisaria del Mal"
"Tienes tu punto..."
Veigar creó un portal a través del cual llegar a su mansión rápidamente. Trixie accedió de un solo salto, mientras que el brujo lo hizo más tranquilamente.
Al poco de esto fue que Illi se presentó ante Diana.
"Qué chica más peculiar"
"Los he conocido mucho más raros y peligrosos, ciertamente"
"........"
"¿Ya te han presentado a todos?"
"Sí..." - respondió algo nerviosa - "Cían, Celeste, Sylph, la... extraña Eleka..."
"¿Ves? Otro ejemplo de persona peculiar"
"Pero la señora Eleka no es peligrosa... ¿verdad?"
"Ella no lo es, pero lo que ve no suele ser muy agradable de..."
Espera. ¿No le dijo algo de unas olas en forma de burbuja? ¿Unas que irían en su búsqueda?
¿Estaría hablando de la aparición de Shelly? Por lo general sus visiones siempre daban algo malo, por lo que le resultó extraño que anunciase algo tan trivial...
A no ser que la nortuga le dijese algo realmente importante...
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El Eclipse de Diana
Fiksi PenggemarBienvenidos a este fanfic, secuela de "Los Viajes de Nautilus" y "La Sombra de Zed" que contará con las aventuras de Diana y los lunari, tanto en el Monte Targon como con otros individuos de Runeterra. En sus intentos por cambiar la vida de los suyo...