Capítulo 7

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CAPÍTULO 7NORA

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CAPÍTULO 7
NORA

—¡Feliz cumpleaños! —exclamo apenas mi madre abre la puerta. La abrazo con una sola mano y ella ríe, dándome un beso en la mejilla —. Te amo.

—Gracias, mi amor. Yo te amo más. —Me da otro beso y me quita el pastel de las manos —. Y gracias por traer esto. Hola, Ale. —Deja la caja con el pastel en la mesa y sonríe cuando Alejandro le da un arreglo floral de gerberas en colores morados y rosas.

—Feliz cumpleaños, suegra bella.

Ruedo los ojos con burla. Alejandro tiene labia hasta para encantarle a mi mamá. Ella es realmente la razón por la que yo terminé de aceptar mis sentimientos por es tipo desconocido que me manoseó en un bar hace un par de años. Creo que si mamá no me hubiera visto dudar de la forma en la que lo hice en ese entonces yo no estaría aquí con Alejandro ni recibiendo todo el amor que él me da. Estoy segurísima de que aún con él siendo como es yo hubiera continuado negándome a quererlo. Porque me daba miedo. Me da miedo.

—Gracias, mi vida. —Sonríe, abrazándolo —¿Y Leigh? Pensé que venía con ustedes.

Sacudo la cabeza y me quito el abrigo, dejándolo en el respaldar de la silla.

—Viene con James.

—¡Ah! Sí viene.

—Mamá, Kinleigh a ese hombre le dice que salte y él salta. No importa la altura.

Alejandro se carcajea, dándome la razón.

—¿Y los idiotas? ¿Y papá?

—Tus hermanos ya venían y tu padre está en la terraza haciendo la carne. —Ve a Alejandro —¿No quieres ir a ayudarle, Alejandro?

Ale me ve de reojo y yo me muerdo los labios para no reír.

—No. Porque me arriesgo a que mis venas no sean amenazadas con un bisturí sino con un pincho de carne.

Mamá se ríe y sacude la cabeza, pero señala la puerta de la terraza y a Ale no le queda más remedio que volver a ponerse la chaqueta y salir. Me asomo en la puerta corrediza y rio cuando papá le estrecha la mano con demasiada fuerza.

—Lo enviaste a la boca del lobo —digo.

—Puede defenderse.

Sonrío.

—¿Qué vas a decirme?

—Alejandro me llamó hace un par de días para contarme que te encontraste con su mamá...

—Creo que no es a papá al que debe temerle hoy, entonces.

—Dice que te has negado a contarle qué sucedió... —continúa, ignorándome —¿Quieres hablar de ello?

Sacudo la cabeza.

—Es tu cumpleaños, mamá. No hablaremos de brujas hoy.

—Nora...

Querida NoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora