Capítulo №32

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"No sé si sea bueno o malo, pero encontrarte en mi camino le da sentido a lo que el destino ha escrito..." .

Cierro la caja registradora y preparo mi bolso y abrigo. Miro el reloj y dan las cuatro de la tarde, por ser viernes, Billy -mi ayudante-, vendrá a cubrirme. He quedado con Pat para tomar un café. Desde que vivo en esta parte de la ciudad estamos un poco más alejadas, pero nos damos momentos como estos, además de que siempre mantenemos el contacto. Por suerte Mitch se quedará con Evan hasta que llegue a casa y eso me deja más tranquila.

Cuando Billy llega, después de ponerlo al tanto de algunas cosas de la tienda que sucedieron esta semana, me retiro. Camino unas cuantas calles hasta que doy con el Starbucks que tanto le gusta a mi amiga. Lo que me extraña es que haya tomado asiento en la parte de afuera, la acera. Si bien no hace mucho frío, prefería estar en esos cómodos sofás y esa música de Jazz.

-¿Por qué aquí fuera? -pregunto cuando llego.

-Buenas tardes, Liz -Corrige y se pone de pie para abrazarme, dejo un beso en su mejilla y sonrío.

-Disculpa, buenas tardes.

Vimos la carta y antes de sentarnos cómodas, Pat fue a pedir los cafés con chocolate blanco y las galletas de mantequilla que tanto nos gusta de aquí. Doy un vistazo a mi alrededor, el día está nublado pero increíblemente seco y agradable. Seguro por eso escogió este lugar.

Sobre la misma acera, a la distancia logro ver un rostro, al principio no lo reconozco, pero segundos después, debajo de esa barba y cabello largo, descubro que es Daniel, mi antiguo alumno y amigo de Arsen. Lo primero que atino a hacer es girar mi rostro, si bien aun está lejos, tengo miedo que me vea. Tal vez con el tumulto de gente que camina a su alrededor no logre hacerlo.
En todo este tiempo no me he cruzado con ningún conocido, más que con los que he querido, el estar alejada de la zona ayuda, pero ahora estoy en el centro, estas calles las recorre todo el mundo.
Cuento los segundos y busco cosas imaginarias en el suelo de la calle, todo para no ver en su dirección. Cuando creo que ya debe haber pasado, giro mi cabeza y lo busco, encontrándolo sentado en la mesa siguiente a la mía, y nada más y nada menos, que de frente a mí. Y ahora observándome con su rostro lleno de sorpresa. La persona que está con él -un chico pelirrojo que jamás vi en mi vida-, se gira y me observa también.
Estos segundos en donde soy descubierta son los peores. Una sonrisa se posa en su rostro y no me queda más que corresponderle con otra. Pronto le dice algo a su acompañante y se pone de pie, para seguir caminando en mi dirección.

-Lizbeth -Me nombra a modo de saludo y abre sus brazos de esa manera tan amistosa que siempre tuvo, lo que me obliga a ponerme de pie.

-Daniel -Le correspondo al pequeño abrazo y me separo, me cae muy bien, siempre lo hizo, pero ahora siento que conoce demasiado de mi vida como para hacer de cuenta que nada ha pasado.

-¿Cómo estás? -pregunta sumamente curioso-. Tanto tiempo -Se lleva un mano al mentón como recordando.

-Es verdad. Muy bien, como siempre ¿y tú? -Desvío mis ojos de él viendo dónde diablos se ha metido Pat que no viene a salvarme.

-Muy bien también, estoy trabajando dejé la universidad, tal vez fue que ya no estabas más ahí lo que me quitó las ganas de estudiar -Suelta una gran carcajada y me contagia.

-No doy más clases, trabajo en una librería ahora -comento y asiente, algo me dice que estoy dando demasiada información y me arrepiento de haberlo hecho.

Se hace un silencio incómodo, mis ojos se mueven por todos lados y siento que su mirada me escruta.

-¿Sabes?, siento lo que sucedió hace algún tiempo -habla casi en un susurro. Era obvio que iba a saberlo, pero esperaba que no lo nombrara.

-Eso ya pasó -Sea a lo que sea que se refiere y sepa, no quiero indagar mucho en eso tampoco.

-Es cierto -Asiente, mete las manos en su bolsillo y mira hacia sus pies.

En este momento me invaden las ganas de preguntarle acerca de Arsen, pero no me lo permito, de hecho estoy muy nerviosa de tener a Daniel frente a mí, y no por ser él, más bien por lo que significa y sus posibles conexiones con Arsen.
A la distancia veo a Pat acercarse con el pedido, hace malabares para poder pasar entre la gente y su rostro muestra cuánta ira y poca paciencia tiene.

-Bueno, vuelvo a la mesa, fue un gusto verte, Lizbeth -Sigue en la misma posición tímida, lo observo y él lo nota-. Lo poco que sé de ustedes es cuán mal terminaron las cosas -
comenta.

Bajo mi cabeza sintiendo ardor en mi rostro, estómago y el temblor en mis piernas. Niego sin mirarlo, no queriendo saber más.

-Repito: eso ya pasó -concluyo y asiente.

-Entiendo, sólo quería decirte que Arsen ha estado aquí, de hecho la semana pasada vino, por si querías hablar con él.

«Oh por Dios».

-¿Por qué querría hablar con él? -espeto con desespero.

-No debí decirlo -Se queja.

-Daniel, no quiero repetirlo otra vez. Me alegro que estés bien, espero volver a encontrarte, pero no quiero saber de Arsen y todo lo que él signifique -exijo, asiente y baja su cabeza como un niño regañado.

-Fue un gusto verte, Liz. Adiós.

Gira y lo veo volver a su mesa, cuando Pat llega no dejo que tome asiento, tomo nuestras cosas y nos alejamos con el pedido en mano.

-¿Me explicas qué rayos sucede? -inquiere al ver que tiro de ella en cualquier dirección, huyendo del lugar.

-Quiero buscar un lugar lejos de ese, tomar asiento y tranquilizarme -explico.

-¿Por qué? ¿Qué sucedió? ¿Quién era ese chico? -Damos con una pequeña plazoleta y Pat no me quita la mirada de encima hasta que seguro le cuente qué es lo que sucede.

Tomamos asiento y bebemos del café, no entiendo en qué momento me sobresalté tanto.

-Y bueno... -presiona.

-Ese chico es Daniel, el amigo de Arsen -Abre sus ojos en sorpresa y asiente dándome el paso a continuar-. Hablamos de cómo estábamos, y en el último momento tocó el tema.

-¿Qué tema?

-De Arsen, de que la semana pasada estuvo en Londres, Pat, ¿te das cuenta que pude habérmelo cruzado?

Él, prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora