"Hay uniones que no se pueden separar y, si lo hacen, al tiempo volverán a su lugar"
Frunce su ceño, tuerce el gesto e inclina la cabeza, como si no entendiese lo que he dicho. Pone los brazos en jarra, abre y cierra la boca repetidas veces no pudiendo articular palabra.
-¿Qué? -cuestiona-, ese no es tu esposo, no es Samuel -habla en un atropello para sí mismo. Se le dificulta hablar en inglés y es porque está nervioso.
Niego con la cabeza pero no bajo la mirada, la verdad me da un poco de gusto ver a Arsen en este estado, se ve con la guardia baja, no como ese muchacho seguro e impenetrable.
-No es Samuel, su nombre es Liam -repito.
Me observa como si no terminara de comprender, así que voy a hacerlo más fácil y decirle todo. Que le caiga como un balde de agua fría, como ése que yo tuve que soportar tiempo atrás.
-¿Y qué sucedió con tu esposo? -inquiere asombrado, suspiro, de sólo recordar todo eso me angustio. No es tema para tocar en la acera de la casa.
-De Samuel me separé hace mucho, cuando me enteré que estaba embarazada, fue justo cuando me despidieron de la universidad, esa vez que estuve internada -explico y bajo mi cabeza observando mis pies mover la grava.
La realidad es que no sé cómo procesar todo lo que dije, espero no haya sonado como algo ensayado.
-Pero...pero -balbucea-, eso pasó cuando yo estaba aquí -afirma y su rostro se muestra totalmente desesperado-, estábamos juntos cuando te despidieron, esa noche fui a verte a tu casa -Lo último lo susurra como si acabase de entender todo.
-Ese día que me desmayé, me enteré que estaba embarazada -concluyo.
-¡Por eso actuabas rara! -exclama y se tapa el rostro con ambas manos en señal de que esto lo supera, revuelve su cabello y queda con las manos a lo alto de la cabeza, parece un loco desquiciado.
Me encanta. Así estaba yo cuando mi vida se fue a la basura. Me observa, pero su mirada está perdida, como si estuviera pensando o recordando.-Sabías que estabas embarazada y no me lo dijiste -afirma más que pregunta con notoria decepción en su voz.
Asiento segura, «oh por Dios, ¿de dónde sale esta repentina fuerza de voluntad?». «¿Será que el verlo frágil y débil me fortalece? ¿Funcionamos como polos opuestos?».
-¿Por qué hiciste eso?
-Porque sí, te quería lejos -suelto y, esta conversación está tomando otro rumbo, comienza a dolerme.
Se hace un momento de silencio, sólo me observa y si no desconfiase tanto de Arsen, diría que le ha dolido enterarse de todo esto. Realmente no se lo imaginaba.
-¿Tú esposo se enteró? -Asiento confirmándolo, pero no voy a contarle lo que ha sucedido en aquel momento.
Vuelve a observarme y no puedo sostenerle la mirada, es demasiado penetrante. Ha cambiado bastante en este tiempo, sus expresiones son otras o tal vez es que ya no me ve con los mismos ojos.
-¿Y éste quién es? -cuestiona y su rostro muestra gesto de desagrado.
-Ya te lo he dicho, es mi pareja.
-¿De dónde salió? ¿Quién es? ¿Por qué está criando a mi hijo? -inquiere.
-¿Quién dijo que es tu hijo? -cuestiono furiosa por su atrevimiento.
Se acerca tan rápido y amenazante que no me doy cuenta cuando se pone frente a mi rostro y me sujeta de la cintura. Mi respiración se corta, no estoy preparada mentalmente para tenerlo tan cerca.
-Dime que no es mío -pide.
«¿Por qué tenía que ponerse tan cerca?». Mis ojos se pasean por todo su rostro buscando algo, algo que ni yo misma sé. Sabe que es su hijo, es obvio. No me queda más que aceptarlo, de hecho en algún momento pensé que tal vez si se enteraba de la existencia de Evan, no le importaría, pero su repentino comportamiento me lleva a pensar que tal vez lo quiera, que sí le importe.
-Sí lo es -afirmo y mis ojos se llenan de lágrimas, su agarre a mi cintura se hace más fuerte y siento su otra mano sujetar mi hombro casi cuello con delicadeza, esa que lo caracteriza.
-Podrías haberte alejado, pero no era excusa para alejar a Evan de mí, soy su padre y no es justo de tu parte -reclama y no sé si soy yo o cada vez está más cerca, siento las cosquillas de su barba en mis labios.
Tiene un buen punto, de hecho es el que yo todo este tiempo estuve considerando, sólo por Evan.
-Es verdad -afirmo-, pero no te atrevas a juzgarme -advierto y me alejo. Pestañeo varias veces secando mis ojos. No quiero verme débil, me costó mucho salir de esto.
-Luego hablaremos de eso -avisa, la persuasión y manipulación de Arsen con los años no ha cambiado al parecer-, ¿cuándo puedo volver a verlo? -Noto nerviosismo en él.
Es algo sumamente curioso, no se ve como aquel Dios griego hecho de hierro, seguro y arrogante. Pero no puedo odiarlo, sigo teniendo esa debilidad, esa que por querer protegerlo me llevó al caño.
«Voy a arrepentirme de esto, lo sé».-El domingo es su cumpleaños -cuento-, lo celebraremos aquí, a las dos de la tarde -termino la oración entrecortada y con un gran suspiro.
-Gracias. -Se gira y mira hacia la avenida, como si pensase algo.
«¿En qué?»
-Un año ¿verdad? -pregunta y su rostro se ve sonriente. Asiento en respuesta.
De repente viene la culpa, pienso en Liam, en Mitch, en mis amigos y en todos los que tuvieron que soportarme y cargar con mi peso... y, ahora aceptándolo tan fácilmente en mi vida, estoy mandando a la mierda lo que ellos hicieron por Evan y por mí.
-Arsen -llamo nuevamente su atención, asiente esperando que hable-, sólo te pido que respetes mi vida, es tu hijo pero los derechos debes ganártelos y no harás conmigo lo que se te plazca como lo has hecho dos años atrás. ¿Entiendes?
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Él, prohibido
عاطفية"Mi vida era normal, quizás un poco monótona y aburrida. Hasta que aquél griego de tan solo 19 años de edad, hizo temblar el suelo bajo mis pies. Sus ojos de aquel color jade me hipnotizaron y sus palabras me cautivaron. Jamás pensé que podía enamo...