"Comienzo a confundirme, eres demasiado fuerte, manipulas sin siquiera quererlo y te cuelas donde nada más puede hacerlo"
-¿Vamos a beber un café? -pregunta Pat apoyada al otro lado del mostrador.
-Llega Billy y nos vamos -aviso.
Espero a que unos clientes se retiren y los ojos expectantes de Pat me escrutan. Sí, estoy nerviosa y ansiosa, todo junto. Arsen ha llegado de Grecia ayer en la madrugada y está terminando de instalarse en una casa ubicada en Notting Hill, donde él siempre quiso vivir. En estas semanas mantuvimos un extraño contacto cercano, hablábamos todos los días vía mensajes, pero siempre acerca de Evan o la mudanza. No volvimos a tocar el tema de la última charla, esa que me dejó estupefacta por detalles que no conocía. No voy a mentir diciendo que no me afectó, porque lo hizo y de una manera inimaginable, también ha vuelto esa culpa que creía extinta, eso que te divide entre el deber y el querer.
-¿Dónde iremos? -pregunto a Pat una vez que estamos caminando en la avenida principal.
-Starbucks, nena -Asiento sonriendo, ama esa cafetería, aunque yo preferiría ir a una casa de té.
El día está fresco pero seco, raro al húmedo, brumoso y lluvioso clima de Londres. Cada algunos momentos el cielo se abre y permite el paso de los rayos de sol haciéndolo totalmente agradable. Llegamos a dicho lugar, y una vez con nuestro pedido, tomamos asiento en los sofás y espero al interrogatorio que mi amiga seguro me hará. Si bien hacemos esto siempre, resulta bastante sospechoso el hecho de que justo hoy insista en beber algo.
-¿Liam que dice de todo esto? -pregunta y entrecierra los ojos.
Suspiro, miro mi café en manos y me estreso de sólo pensar en eso. ¿Qué decir? Liam está descontrolado, celoso y extraño. Mas no le digo nada, tiene razones suficientes para ponerse de esa manera, y también sé que sufre una lucha interna porque sabe que tengo razón: no puedo simplemente cerrarle la puerta en la cara a Arsen, sabe que es su padre y tiene el derecho de estar con Evan.
-Está extraño por la situación, ya sabes -asiente no muy convencida-, no sé cómo actuar, es como que me siento perdida, quiero actuar de una manera pero tampoco puedo permitirmelo.
-¿Qué sientes por Arsen, qué te provoca verlo? -pregunta sorprendiéndome.
Quedo helada, es decir no me esperaba esa pregunta y hasta ahora tampoco me lo había cuestionado. O no quería hacerlo.
-Sobrellevo la situación, nada más.
-Lo amas, ¿verdad? -pregunta y en su rostro se ve que sabe la respuesta-. El brillo es tu rostro cuando él está cerca es tan evidente.
Desvío mis ojos de ella y los poso en la calle, de sólo pensar en Arsen se me eriza la piel. Me quita la respiración el sólo hecho de estar rondando por mi vida permanentemente. Pero más que eso no me atrevo a pensar, sentir o asumir. Hay una frase que dice "Lo que sale de la boca, está en el corazón", y asumir sería meterme en problemas.
-Es pasado. Que me causa muchas cosas, lo hace, pero es sólo por nuestro pasado. Liam ocupa mi mente ahora.
-Que sea lo correcto no quiere decir que sea verdad. Pero es lo mejor que puedes hacer ahora, Liz. Arsen es un arma de doble filo.
No sabía qué tan cierto podía llegar a ser eso, después de todo, hubo tantos factores por el cual nos separamos que ni siquiera tengo certeza de saber quien tuvo la culpa.
*
Termino de arreglar el cabello de Evan y repaso de llevar cada una de mis cosas en el bolso. Arsen se ofreció en venir a buscarnos, pero aprovecho que mi hermano está aquí.
ESTÁS LEYENDO
Él, prohibido
Romantizm"Mi vida era normal, quizás un poco monótona y aburrida. Hasta que aquél griego de tan solo 19 años de edad, hizo temblar el suelo bajo mis pies. Sus ojos de aquel color jade me hipnotizaron y sus palabras me cautivaron. Jamás pensé que podía enamo...