Mai
Estaba viendo cómo todos salían del gimnasio, pero noté que Kageyama se iba más rápido, como si tuviera algo pendiente. Quise acercarme a los chicos para pedirles disculpas por no haberme presentado, pero la vergüenza y la culpa me ganaron, así que no lo hice.
Una vez que todos se habían ido, fui hacia el gimnasio. Noté que las luces seguían encendidas, así que me adentré. Era raro verlo tan vacío, ni siquiera estaba puesta la red.
Agarre una de las pelotas de voleibol y empecé a practicar sola, haciendo autopases de todo tipo, tratando de distraer los malos pensamientos. De repente, de reojo, pude divisar a Shimizu paralizada viéndome. Luego se acercó casi corriendo hacia mí. Ya estaba esperando su regaño, pero en cambio, me abrazó fuertemente por los hombros.
—¿Shimizu? —pregunté desconcertada pero correspondiendo su abrazo cálido.
—Estaba preocupada, Mai... —dijo aún aferrada a mí.
De repente, se separó de mí como si quemara y cambió totalmente su semblante a uno molesto.
—¿Dónde estabas, Mai? No respondiste ningún mensaje ni mío, ni de los chicos —me regañó, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.
Solté una risa nerviosa y desvié su mirada molesta.
—E-eh, lo lamento, Shimizu. Tenía el celular apagado y tenía cosas pendientes hoy —le respondí con una excusa mediocre.
Ella entrecerró los ojos, aparentemente desconfiando de mí, y soltó un suspiro derrotada.
—Mai, sé que mientes. No te presionaré para que me cuentes, pero puedes confiar en mí —dijo mirándome cálidamente, y sentí una culpa por dentro por no contarle—. ¿Somos amigas, no? —me preguntó.
—¡Claro que sí, Kyoko! —le dije emocionada, abalanzándome hacia ella en un abrazo, haciendo que nos cayéramos las dos al suelo. Nos reímos divertidamente.
Tendría que aprender a confiar más en los demás. Shimizu siempre me demostró estar para mí, algo que valoraba muchísimo.
Nos quedamos unos momentos en el suelo, riéndonos y hablando de cosas sin importancia, pero para mí, ese pequeño momento habia significado mucho para mi. Nunca habia tenido una amiga de verdad, una amiga que me haya hecho sentir asi.
—Gracias, Shimizu —dije finalmente, mirándola con gratitud—. Prometo que intentaré ser más abierta contigo.
Ella sonrió y me dio una palmadita en la espalda.
—Eso espero, Mai. Todos estamos aquí para apoyarte, no lo olvides.
Asentí, sintiéndome un poco más ligera. Quizás, solo quizás, las cosas empezarían a mejorar a partir de ahora.
Los días pasaron y, por fin, había terminado la época de exámenes, algo que me aliviaba demasiado. Con ello, Yachi se convertiría en nuestra manager oficial. Estaba contenta ya que la rubia me caía muy bien.
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Entre redes y corazones- Haikyuu!
FanfictionEn el universo de Haikyuu.. Mai Sakurai una chica alegre y competitiva vuelve a su pais de origen luego de 8 años de vivir en Estados Unidos y jugar como capitana en el equipo femenino de Voley. Vuelve con ganas de jugar en un equipo y ser la mejor...