Mai
El silbato resonó en la cancha, y todo mi cuerpo se tensó. Era mi primer momento en el partido, y el ambiente dentro del campo se sentía mucho más cargado que viéndolo desde afuera. Me coloqué en mi posición, lista para recibir, mientras los chicos a mi alrededor respiraban con pesadez y el sudor corría por sus rostros.
Al otro lado de la red, Ushijima se preparaba para su próximo remate. Lo veía moverse con una seguridad aplastante, como si supiera que su ataque sería demoledor. Todos estábamos alerta. El balón vino hacia mí, un misil imparable disparado directamente en mi dirección. Lo vi venir, me preparé, pero su velocidad era increíble, mucho más rápida de lo que esperaba.
El impacto fue brutal.
Sentí cómo el balón chocaba contra mis brazos con una fuerza que me hizo perder el control. El rebote fue errático, y antes de darme cuenta, la pelota se desvió y cayó fuera de la cancha.
Un silencio incómodo se instaló por un momento en el equipo. El sonido de la pelota golpeando el suelo retumbó en mi cabeza. No podía creerlo, había fallado en mi primera oportunidad de recepción.
—¡Mai! —escuché a Daichi, su tono firme pero sin reproches. Mi pecho se apretó por la frustración, pero no iba a dejar que este fallo me definiera.
Respiré hondo y apreté los puños, decidida. Me levanté rápidamente, con una sonrisa desafiante en el rostro.
—La siguiente es mía, ¡lo prometo! —grité con fuerza, mirando a mis compañeros.
Nishinoya, desde el banco, me devolvió una mirada llena de confianza. No había reproches en sus ojos, solo apoyo. Kageyama, a unos metros, mantenía su típica expresión seria, pero pude ver un leve asentimiento de aprobación en su gesto.
"Lo haré mejor", pensé, sintiendo la determinación crecer dentro de mí.
Ya entendía por qué era tan complicado recibir los remates de Ushijima. Siendo zurdo, sus golpes tomaban un giro extraño, casi impredecible. Si los brazos no estaban colocados con precisión, la pelota se desviaba en el último segundo, como me había pasado antes. Durante los entretiempos, Nishinoya me había dado algunos consejos valiosos, y no podía fallar ahora, no después de haber prometido que la próxima la recibiría yo.
Inhalé profundamente, intentando calmar la mezcla de nervios y emoción que sentía. Exhalé y me concentré en la cancha. Estaba lista.
El silbato sonó, y el servicio del Shiratorizawa voló hacia nuestra cancha. Esta vez lo recibí perfectamente. Sentí la vibración del balón en mis antebrazos y lo vi elevarse, directo hacia Kageyama, quien rápidamente se lo armó a Asahi. El golpe de Asahi fue potente, pero el Shiratorizawa lo recibió. Mi corazón se aceleró al ver que el colocador del equipo contrario le pasó el balón a Ushijima. Sabía lo que venía.
Sentí una descarga de adrenalina recorrer mis dedos. Me agaché, tirándome hacia adelante con toda mi agilidad cuando el remate de Ushijima voló hacia mí. El golpe fue intenso, pero logré recibir la pelota, y por un momento todo pareció detenerse.
—¡Eso es, Mai! —escuché la voz de Nishinoya desde afuera, llena de emoción.
Sin embargo, no tuve tiempo de celebrar. Mi recepción no había ido hacia Kageyama como debería, sino hacia el costado. Tanaka logró alcanzarla y conectarla justo a tiempo, y Hinata atacó rápidamente contra el bloqueo, consiguiendo un rebote favorable. La pelota volvió al aire, Asahi se la pasó a Kageyama, quien nuevamente le armó a Hinata en un ataque rápido. Por un segundo pensé que teníamos el punto asegurado, pero entonces, Ushijima apareció de nuevo.
El gigante del Shiratorizawa recibió la pelota con una frialdad inquebrantable, y en cuestión de segundos su colocador le armó de nuevo. Sabía lo que venía, pero fue demasiado rápido. A pesar de que Hinata saltó para bloquear, Ushijima consiguió el punto final del set.
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Entre redes y corazones- Haikyuu!
Hayran KurguEn el universo de Haikyuu.. Mai Sakurai una chica alegre y competitiva vuelve a su pais de origen luego de 8 años de vivir en Estados Unidos y jugar como capitana en el equipo femenino de Voley. Vuelve con ganas de jugar en un equipo y ser la mejor...