Mai
El día había continuado como de costumbre. Ahora me encontraba junto a Bokuto, hablando más tranquilamente después de nuestro partido, sentados en la escalera de la entrada del gimnasio. El sol daba fuerte, pero una pequeña brisa nos refrescaba apenas.
—¿Pero viste cómo te recibí ese remate? —dije emocionada y un poco arrogante.
—¡Sí! Cuando lo vi me sorprendí mucho, fue increíble —me siguió Bokuto.
—¿Uno de cuántos remates recibiste, Mai? —preguntó burlón Kuroo, sumándose a la conversación y sentándose junto a mí, quedando en el medio de los dos.
—¡Callate, Kuroo! Entrenaré más y más para recibir todos tus remates por más rápidos y fuertes que sean, Bokuto —dije decidida.
A decir verdad, contaba con los dedos de una mano los remates potentes que había recibido del peliblanco.
—¡Oh, ya quiero ver cuando pase! —dijo emocionado Bokuto.
—¿Y los míos? —preguntó Kuroo.
—Los tuyos son fáciles —le dije burlona, restando importancia a sus remates.
—¿Ah, sí? —preguntó con una sonrisa ladina, levantándose— Sabes que antes de ir a comer la barbacoa, Mai, tú no te irás de este gimnasio si al menos no recibes cinco remates míos y de Bokuto.
¿Escuché bien?
—¡Qué buena idea, Kuroo! —lo apoyó Bokuto, levantándose y poniéndose junto a él sonriente.
No pude evitar soltar una carcajada; eran graciosos.
—Qué chistes graciosos hacen, chicos. Vamos a preparar las cosas para comer —les dije, limpiando mis lágrimas de risa y levantándome.
—¿Quién dijo que era un chiste? —preguntó Kuroo con una sonrisa traviesa.
Se miraron entre sí y luego sonrieron.
—No me gustan sus sonrisas —les dije, asustada, y amagué para correr.
De repente, sentí cómo me agarraba Bokuto tan fácilmente como si fuera un saco de papas, sosteniéndome por debajo de los glúteos.
—¡Déjenme! —protesté entre risas y pánico, golpeando suavemente el hombro de Bokuto.
—¡Vamos, Mai, será divertido! —dijo Bokuto, riendo mientras me cargaba de vuelta al gimnasio.
—¿Divertido que ustedes me arranquen los brazos con sus remates? —le pregunté, tratando de bajarme, pero su agarre era firme.
Kuroo seguía al lado, riendo también.
—Vamos a ver si mis remates son tan fáciles de recibir como dices... —dijo Kuroo, frotándose las manos con entusiasmo.
—¡No, chicos, mi querida comida me está esperando! —protesté una vez más, aunque sabía que no tenía escapatoria.
¿Por qué tuve que abrir mi maldita boca?
Nos dirigimos de vuelta a la cancha. Bokuto me bajó de su hombro increíblemente con delicadeza y luego Kuroo y Bokuto se prepararon para lanzar sus remates, mientras yo me colocaba en posición, decidida a demostrarles que podía recibir todos sus remates.
O eso creía.
—¡Aquí vamos! —exclamó Kuroo, lanzando el primer remate con una fuerza impresionante, haciendo que reciba mal.
—¿Vamos, no era que era fácil? —soltó burlón.
Este maldito me está provocando, y yo soy fácil ante sus provocaciones.
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Entre redes y corazones- Haikyuu!
FanfictionEn el universo de Haikyuu.. Mai Sakurai una chica alegre y competitiva vuelve a su pais de origen luego de 8 años de vivir en Estados Unidos y jugar como capitana en el equipo femenino de Voley. Vuelve con ganas de jugar en un equipo y ser la mejor...