Omniscente
El Karasuno se preparaba para enfrentarse a Wakunan en el segundo día de los preliminares. La tensión era palpable entre los jugadores, todos ansiosos por el partido, aunque la mente de Mai estaba dividida. Mientras se esforzaba por concentrarse en el juego, no podía dejar de pensar en la conversación que había tenido con su madre y en todo lo que había sucedido el día anterior. Había una sensación inquietante que no podía sacudirse, como si algo malo estuviera por ocurrir.
Los miembros de Karasuno calentaban individualmente en la cancha, cada uno en su propio mundo, cuando Kageyama se acercó a Mai con cautela.
—Hola, Mai, ¿podemos hablar? —preguntó, sintiendo un torbellino de emociones agitándose en su interior.
Mai no lo miró. Mantuvo su rostro neutral, aunque por dentro intentaba esconder su nerviosismo y debilidad.
—No hay nada de qué hablar, Kageyama —respondió con frialdad, evitando su mirada.
Kageyama insistió, casi suplicante.
—Vamos, Mai, no podemos estar así toda la vida.
Ella cortó la conversación rápidamente, manteniendo su tono firme.
—Kageyama, quiero enfocarme en los partidos. Si quieres hablar, será cuando todo esto termine.
Sin esperar respuesta, Mai se alejó, dejando a Kageyama congelado en su lugar. Sentía como si un abismo se hubiera abierto entre ellos, y esa sensación lo frustraba profundamente. No era un dolor físico, sino un tormento emocional, algo que nunca había experimentado ni siquiera en los momentos más tensos de un partido.
Tsukishima, que había observado la escena desde la distancia, se acercó a Kageyama con su característico sarcasmo.
—Deja la cara larga, rey. Te ves patético.
Tsukishima siempre habia notado como Kageyama miraba a Mai y como se comportaba ella con el. Sabia que Kageyama estaba cometiendo los mismos errores que el habia cometido con ella. Algo que se arrepentiria siempre, haberse perdido la oportunidad de estar con ella, pero ahora se conformaba con ser su amigo y mirarla desde lejos, por lo que decidio ayudar indirectamente a Kageyama, a decir verdad el rubio le caia fatal el pelinegro pero no queria ver a Mai triste y si eso significaba ayudar a Kageyama, lo haria.
—Tsk, callate Tsukishima— le especto Kageyama un poco molesto y avergonzado.
Luego de unos minutos el partido empezo, logrando el primer punto al Karasuno con el ataque rapido de Kageyama y Hinata, los del equipo de Wakunan no se veian sorprendidos por el ataque rapido de aquel duo, algo que desconcertaba a algunos. Kageyama se preparo para realizar su servicio, Mai no pudo evitar seguirlo con la mirada, como su pelo se movia al compas del salto y Kageyama hizo su servicio perfecto.
—Tsk, cállate, Tsukishima —espetó Kageyama, molesto y avergonzado.
Poco después, el partido comenzó. El Karasuno obtuvo el primer punto con un ataque rápido de Kageyama y Hinata, pero lo que desconcertó al equipo fue que los jugadores de Wakunan no parecieron sorprendidos por la jugada. Kageyama se preparó para realizar su servicio, y aunque Mai intentaba concentrarse en el juego, no pudo evitar seguirlo con la mirada. Observó cómo su cabello negro se movía con el salto, y cómo realizaba un servicio perfecto.
Desde las gradas, un par de chicas no pudieron evitar comentar en voz alta.
—¡Qué guapo es! —chilló una de ellas.
—¿Verdad? Nunca lo había visto antes —agregó la otra con la misma emoción.
El partido continuo con normalidad, eran algo problematicos, haciendo sacar una chispa de desafio en Mai y cuando Ukai por fin la llamo, entro a la cancha, confiada y decidida. Los jugadores del otro equipo la miraron soprendidos, algunos todavia no sabian que una chica jugaba en el Karasuno y otros si, sintiendo curiosidad por ella.
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Entre redes y corazones- Haikyuu!
FanfictionEn el universo de Haikyuu.. Mai Sakurai una chica alegre y competitiva vuelve a su pais de origen luego de 8 años de vivir en Estados Unidos y jugar como capitana en el equipo femenino de Voley. Vuelve con ganas de jugar en un equipo y ser la mejor...