En el universo de Haikyuu..
Mai Sakurai una chica alegre y competitiva vuelve a su pais de origen luego de 8 años de vivir en Estados Unidos y jugar como capitana en el equipo femenino de Voley. Vuelve con ganas de jugar en un equipo y ser la mejor...
Hoy era nuestro último día en la concentración y estaba más que emocionada. Tenía todos los preparativos listos para la noche, ya había hablado con todos los entrenadores de los equipos y profesores, y todos estuvieron de acuerdo con la fiesta que habíamos preparado, pero con una condición: no tendría que haber alcohol. En cuanto a eso, lo veremos después.
Hace unos minutos me había despertado, ya había ido a lavarme los dientes y prepararme, por lo cual ahora me encontraba volviendo a nuestro dormitorio para cambiarme ya que seguía con mi pijama.
—Lindo pijama, Mai —dijo a mi lado Sugawara en tono de broma.
—De última moda es, recién traído de Francia —bromeé, mostrando mi pijama.
Mi espléndido pijama consistía en un pantalón holgado fresco color cremita y llevaba una remera de tirantes blanca con flores rosas.
Sugawara rió ligeramente a mi chiste.
—¿Emocionada por el último día? —me preguntó.
—Es una mezcla de emociones, ¿sabes? —empecé a decir—. Por un lado, me emociona que sea el último día ya que lo vamos a dar todo, pero por otro lado me pone un poco triste. Realmente disfruté mucho estar aquí —le dije con una sonrisa.
Sugawara asintió, entendiendo perfectamente. —Te entiendo. Estos días han sido intensos pero divertidos a la vez. Todos hemos aprendido mucho y nos hemos acercado más como equipo —comentó, sonriendo también.
Asentí, recordando los momentos compartidos, los entrenamientos duros y las risas compartidas. —Sí, ha sido una experiencia increíble. Y esta noche será la cereza del pastel —añadí, con un brillo de entusiasmo en mis ojos.
—¿Eh, por que?— me pregunto confundido ladeando la cabeza.
—Eso lo descubriras mas tarde, mi querido Sugawara— le dije adelantando mi paso y guiñandole un ojo.
Ya quiero que llegue la noche..
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Como cualquier otro día, estábamos jugando otro partido de práctica contra "Ubugawa", el cual nuevamente perdimos 25-23. Estaba cansada de los malditos castigos y claramente no era la única; todos nos encontrábamos en la misma situación.
—¡Una vuelta de lanzamientos! —ordenó Daichi.
—¡Sí! —respondimos todos al unísono.
Nos acomodamos alrededor de la cancha y comenzamos con los lanzamientos. Era algo molesto hacerlo, pero por suerte yo estaba un poco más acostumbrada al ser líbero, al igual que Nishinoya. Sin embargo, entre la mezcla del calor y la frustración de saber que éramos los peores, nos poníamos de mal humor.
—Demonios, seguimos perdiendo hasta el final —soltó Tanaka, frustrado.
Me encontraba arrodillada en el suelo junto a Kageyama, Nishinoya y Hinata, jadeando del cansancio.
